Modernismo y Renaixença

La casualidad y un tranvía hicieron que Antoni Gaudí y Jacint Verdaguer murieran en la misma fecha, un 10 de junio. De la desaparición del arquitecto se cumplieron ayer 76 años; de la del poeta, un siglo. La entidad KRTU (Cultura, Recerca, Tecnologia, Universals) unió ayer esta coincidencia con los grandes fastos de los años Gaudí y Verdaguer para celebrar una 'ceremonia laica' -como la calificó Vicenç Altaió, director de KRTU- que se realizó en el templo de Sant Felip Neri.

La elección de la iglesia como escenario del acto no es casual, ya que 'aquí se refleja la espiritualidad de ambos', aclaró Altaió. Verdaguer compuso el Himno a San Felipe Neri, y Gaudí acudía casi diariamente al templo para confesarse, y el tranvía le atropelló cuando volvía de allí a la Sagrada Familia.

La ceremonia, que se repetirá los días 14, 21 y 28 de junio, recordó a los dos artistas utilizando como elementos la historia, el arte, la poesía y la música. Altaió aseguró que así 'se reconstruye la contemporaneidad entre la memoria y la innovación', algo que según él compartieron Gaudí y Verdaguer en sus obras. Josep Laplana, director del Museo de Montserrat, teorizó sobre la relación entre los artistas. Varios poemas de la obra póstuma de Verdaguer Al cel recitados por varios actores aportaron la vertiente literaria. La música estuvo presente con Bernat Bailbé, que interpretó al órgano piezas de compositores contemporáneos del poeta. La cara más espectacular del acto la ofreció una instalación de Jesús Galdón que recuerda una nave de arcos catenarios construida con papel.