Vendedores ambulantes piden que se reabra el mercadillo de Guardamar
El Ayuntamiento cerró la instalación por vender objetos robados
Unos 70 vendedores ambulantes se concentraron ayer en Guardamar del Segura (la Vega Baja) para exigir la reapertura del rastrillo El Fogón. El mercado fue clausado en febrero tras detectar la venta de artículos robados. Los convocantes exigieron al alcalde, Francisco García Frutos, del PP, que cumpla el compromiso de reabrir la instalación una vez corregidos los problemas que llevaron a su cierre.
A primera horas de la manaña de ayer los manifestantes se concentraron en el recinto del mercadillo, ubicado en las inmediaciones de la carretera nacional 332, a su paso por Guardamar. Durante la concentración los mercaderes exhibieron pancartas con lemas relativos a sus reivindicaciones y otras denunciando la trama de corrupción que, a su juicio, esconde esta actividad mercantil.
Según los convocantes, el primer edil de Guardamar adquirió el compromiso de volver a autorizar la actividad una vez subsanadas las deficiencias del recinto, que habían favorecido la compra-venta de productos robados, causa que llevó al Ayuntamiento a decretar su cierre.
Entre los requisitos para la reapertura de la instalación figuraban mejorar los accesos, vallar el recinto y contratar guardias de seguridad para garantizar la transparencia de las operaciones mercantiles.
Los comerciantes, por su parte, asumieron el compromiso de ofrecer albaranes, facturas u otros jusiticantes, para verificar la legalidad de la prodencias de los artículos expuestos a la venta. Los vendedores insisten en que han cumplido con todos los requisitos exigidos por el Ayuntamiento, según asegura José Antonio García Díez, propietario del mercadillo. García dice que ha invertido unos 36.000 euros en adecuación de recinto. 'Y pese a ello, el Ayuntamiento se niega a reabrir la instalación', añade.
Los comerciante consideran imprescindible esta instalación para su negocio, ya que no tienen posibilidades para desplazarse a otros mercadillos de la provincia, 'debido a las sumas excesivas que nos piden', matiza García.
Los venderores, por último, denuncian la 'existencia de intereses turbios' que están acarreando al sector graves perdidas económicas.
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