La masiva presencia de afectados por la reforma del PER acapara la manifestación de Sevilla

Miles de personas se desplazaron ayer en autobuses desde las ocho provincias hasta Sevilla para sumarse a la protesta contra el decretazo del Ejecutivo central. Los sindicatos, que en los últimos días ya habían advertido de que la cifra de asistentes que habían previsto (100.000) se iba a superar de forma amplia, señalaron que, aproximadamente, 1.500 autobuses se trasladaron hasta la capital hispalense, que vivió con normalidad la jornada de protesta. El refuerzo que llegó desde los pueblos más afectados por la eliminación progresiva del subsidio agrario incluida en la reforma del Gobierno disparó los números. Según UGT y CC OO, se manifestaron unos 250.000 andaluces, cifra que el Gobierno rebajó a 50.000.

Los alrededores de la estación de Santa Justa, custodiada por más de 200 policías, se fueron poblando de autocares de los que salían centenares de personas que conforme se acercaba el mediodía empezaron a contarse por miles, con banderas de UGT, CC OO y Andalucía. También hubo una nutrida presencia de los jornaleros del SOC y simpatizantes del Colectivo de la Unidad de Trabajadores (unos 10.000), y en menor medida también se dejaron ver enseñas del PSOE, el PSA y alguna republicana. Cuando las pancartas que encabezaban la manifestación, con los líderes estatales de UGT, Cándido Méndez, y CC OO, José María Fidalgo alcanzaba la plaza de España, sede de la Delegación del Gobierno central en Andalucía y fin de recorrido, las personas que cerraban la marcha, tres kilómetros atrás, apenas habían echado a andar.

El éxito de la convocatoria se fraguó varias horas antes y en algunos casos, a muchos kilómetros de distancia de la capital hispalense. En los laterales de la estación de Santa Justa, los carteles de los autobuses mostraban un compendio de pueblos andaluces, sin faltar ninguna provincia: Espejo (Córdoba), Jódar (Jaén), Trebujena (Cádiz), Villamanrique (Sevila), Nerva (Huelva)...

En la pancarta política, que seguía a la que abría marcha con los máximos representantes sindicales, junto a líderes nacionales como el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, o el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, figuraba una amplia representación de todos los partidos salvo el PP. Como ya se había anunciado, no acudió ningún representante de la Junta de Andalucía , salvo el consejero de Relaciones Institucionales, Juan Ortega, quien se aprestó a asegurar que estaba allí 'como vicesecretario general del PA'. No faltó, sin embargo, la representación institucional: los presidentes de la Diputaciones de Huelva, Sevilla y Cádiz, y el presidente de la Federación Andaluza de Municipios, José Moratalla (todos del PSOE), también cogieron la pancarta.

Las alusiones al 'doble impacto' del decretazo del Gobierno en Andalucía y Extramadura, por ser las dos comunidades donde se cobra el subsidio agrario fueron continuas. 'Esta manifestación multitudinaria es una respuesta al intento del Gobierno a agredir a Andalucía y a los trabajadores del campo desde el Boletín Oficial del Estado', aseguró la vicesecretaria regional del PSOE, María del Mar Moreno. El coordinador andaluz de IU, Diego Valderas, insistió en que el éxito de la convocatoria debería llevar al Gobierno a retirar el decreto y, sobre todo, los cambios que quiere introducir en el subsidio agrario: limitar su cobro a los que ya lo reciben y plantear un sistema contributivo para los demás jornaleros que tendrían que trabajar 360 días para conseguir tres meses de prestación.

Protagonismo del SOC

'El Gobierno debería tomar nota de cosas como esta, si no le va a ir muy mal', sentenció Pedro Pacheco, del PSA. Julio Ruiz, secretario regional de CC OO, y Manuel Pastrana, de UGT, en sus discursos previos a los mítines finales de Fidalgo y Méndez, insistieron en la defensa de los derechos de los trabajadores del campo. 'Ni el PP ni Aznar va a acabar con los pueblos', afirmó Pastrana. '¡Aquí están los andaluces que trabajan, los golfos están en los círculos de poder de los ministerios!', dijo Ruiz en su arenga.

Tras la intervención de los dos líderes regionales de UGT y CC OO, el secretario general del SOC, Diego Cañamero, desde una furgoneta equipada con un potente equipo de megafonía, quiso intervenir en el mitin de los dos sindicatos mayoritarios, petición que los miembros de UGT y CC OO, convocantes del acto, ignoraron, lo que provocó continuas protestas de los jornaleros. 'Compañeros, no importa, ésta es una pelea de todos, la lucha empieza el 20 de junio', gritó Cañamero a los suyos al final de los discursos.