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Reportaje:

Sacyr pasa a la ofensiva

El grupo, tras la entrada de Abelló y el control de Vallehermoso, puja por Trasmediterránea

Sacyr, que hace unos meses dio entrada en su capital al grupo financiero de Juan Abelló y que acaba de hacerse con el control de Vallehermoso, la mayor inmobiliaria española, va a presentar mañana una oferta de adquisición por Trasmediterránea. La séptima constructora española por facturación y la primera por rentabilidad desde hace un lustro, está protagonizando una pequeña revolución para asegurarse un lugar al sol en 2007, cuando España deje de recibir los fondos estructurales europeos y la carga de obra pública caiga en picado.

'El jamón de Jabugo es caro', replica el consejero delegado del grupo a las críticas por el elevado precio pagado al SCH por Vallehermoso
Quiere asegurarse un lugar al sol en 2007, cuando España deje de recibir de la UE fondos estructurales y la obra pública caiga en picado

Sacyr no quiere morir de éxito. La pequeña compañía creada en noviembre de 1986 por un grupo de ingenieros procedentes de Ferrovial es, 15 años después, un grupo que factura 1.157,65 millones de euros, en cifras de cierre de 2001, con un incremento anual del 27,82%, y que a 31 de diciembre contaba con una cartera de pedidos de 11.985,41 millones de euros, un 53,6% más que la que tenía en 2000. Sus resultados de explotación y sus beneficios antes de impuestos también han crecido mucho en el último ejercicio, un 19,42% y un 40,28%, respectivamente, pero su fórmula de expansión -basada en la construcción (la obra civil supone el 73% de su facturación, porcentaje que se eleva al 90 si se le agregan la actividad de edificación e inmobiliaria) y en la financiación del crecimiento con recursos propios- está próxima a agotarse.

Sus directivos-propietarios lo saben desde hace tiempo, no es un secreto que dentro de cinco años los generosos fondos estructurales que ha venido percibiendo España de Bruselas cambiarán de destino, irán a los nuevos miembros de la UE, a los países del Este, y que sin esta cofinanciación los programas públicos nacionales de desarrollo de grandes infraestructuras (autopistas, ferrocarriles y grandes obras hidráulicas) sufrirán un drástico recorte y con él la facturación de Sacyr. De ahí que desde hace tres años estén barajando una posible salida del grupo a Bolsa y que hayan intentado, hasta en tres ocasiones, una fusión con Dragados, y antes la adquisición de la división de construcción de FCC. El objetivo era y es ganar músculo para diversificar negocios y mercados, no entregar la empresa y hacer caja, matizan fuentes de Sacyr.

Una nueva etapa

Por ello, tras el fracaso del último intento de fusión con Dragados, en noviembre, los directivos de Sacyr se pusieron las pilas y optaron por otras vías para asegurar el crecimiento y los resultados en el futuro. Primero, fortalecieron su estructura de capital, hasta entonces exclusivamente en manos de sus socios fundadores y otros directivos de Sacyr, dando entrada a Torreal. El grupo inversor del financiero Juan Abelló, apenas dos semanas después de la ruptura de las negociaciones de fusión con Dragados, por diferencias en el precio y en el reparto de poder, cerró la compra del 14% de Sacyr por 125 millones de euros con el objetivo de convertirse en su socio de referencia. Torreal, que posteriormente ha elevado su participación hasta el 15,96%, ocupa dos puestos en el Consejo de Administración de Sacyr, uno en su comisión ejecutiva, y su presidente, Juan Abelló, ha sido nombrado vicepresidente de la constructora.

Tras la incorporación de un socio financiero experimentado y con visión del negocio en otros sectores, Sacyr diseñó su nueva estrategia para conformar un grupo moderno, menos dependiente de la obra pública, en torno a cuatro grandes ejes: construcción, explotación de concesiones de infraestructuras (fundamentalmente autopistas), negocio inmobiliario, y una especie de cajón de sastre, que no han querido bautizar como diversificación, que engloba otros servicios y negocios de medio ambiente (cuenta con participaciones, por ejemplo, en varias compañías de abastecimiento de aguas en España y en el exterior).

El segundo gran movimiento de Sacyr, tras la entrada de Abelló y el rediseño estratégico, acaba de producirse: la toma del control de Vallehermoso, la primera inmobiliaria española. Sacyr, que según su consejero delegado, Luis del Rivero, venía estudiando desde hace tiempo la adquisición de alguna gran inmobiliaria para aumentar su presencia en este sector, cerró hace 10 días un acuerdo con el SCH para comprarle por 578,75 millones de euros el 24,5% de su participación en Vallehermoso.

Un precio elevado, según algunos analistas, pero razonable a juicio de Sacyr por la dimensión y calidad de la inmobiliaria ('el jamón de Jabugo es caro', argumenta Del Rivero). La compra, que se ganó en concurrencia con otras dos ofertas (que, según algunas fuentes, podrían ser Fadesa e ING), va a ser financiada en un 20% con fondos propios y en un 80% mediante créditos puente con dos bancos y posteriormente con un crédito sindicado a largo plazo. El tamaño de la operación y el recurso a la financiación ajena suponen un giro en la estrategia tradicional de crecimiento del grupo.

La adquisición, por otra parte, refuerza uno de los cuatro ejes de negocio que se ha marcado el grupo. Contaba ya con una pequeña inmobiliaria, Prosacyr, que aunque registra unas ventas de más de 42 millones de euros y unas ganancias de 7,21 millones, era insuficiente para afrontar los ambiciosos planes de Sacyr en este sector.

El tercer gran movimiento de Sacyr se inicia formalmente mañana, con el objetivo de reforzar y acrecentar el cuarto eje de la estrategia del grupo, con la presentación a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) de una oferta vinculante para la adquisición de la naviera pública Transmediterránea. Sacyr, que se había aliado primero con el grupo Bergé y con el ex presidente de la compañía que ahora se privatiza, Federico Esteve, ha dado entrada en su oferta en las últimas semanas al Grupo Marsans, a las cajas a través de Ahorro Corporación y a la naviera Suardiaz. La adjudicación de Trasmediterránea, a la que optan también otras constructoras, se producirá a final de julio.

En las concesiones, otro de los objetivos del grupo, Sacyr ha sufrido un pequeño revés en los últimos tiempos tras la fusión de Áurea y Acesa y la opa lanzada por ésta sobre Iberpistas. Sacyr, propietaria del 8% del capital de esta última, ha anunciado, a la vista del desenlace, que va a aceptar la oferta de la concesionaria catalana y dejar Iberpistas. El grupo que tiene comprometido en este sector más de 2.100 millones de euros entre capital social e inversiones, y que cuenta con una docena de concesiones de autopistas, directas o a través de participaciones, en España y Latinoamérica, sigue apostando por incrementar su presencia en este negocio que hoy sólo supone el 7% de su facturación.

Acciones por las nubes y desdoblamiento

Las acciones de Sacyr tenían desde la fundación de la compañía en 1986, y hasta el viernes pasado, un valor nominal de 10.000 pesetas (60,10 euros), pero su valor teórico a 31 de diciembre pasado (véase el cuadro adjunto) alcanzaba los 73.250 euros (12.187.745 pesetas). Un desfase que hace imposible la formulación de cualquier oferta pública de venta (OPV) para salir a Bolsa, no hay un pequeño inversor pueden adquirir títulos a ese precio, y que dificulta también cualquier trasmisión de los títulos por parte de los accionistas a terceros o a sus propios hijos u otros familiares. La junta general de accionistas de Sacyr aprobó por ello, el viernes último, un split, un desdoblamiento del nominal de las acciones para dotarlas de una mayor liquidez. Los títulos tienen a partir de ahora un nominal de un euro. El desdoblamiento se ha realizado tras una ampliación previa de capital, con cargo a reservas, por importe de 27,79 millones de euros, hasta situarlo en 52,32 millones de euros. La operación facilita una futura salida a Bolsa del grupo, un proyecto acariciado desde hace años por Sacyr, aunque en estos momentos esté totalmente aparcado por la situación de debilidad que atraviesan los mercados. 'En estos momentos no disponemos de ningún estudio actualizado, ni lo tenemos encargado a ninguna entidad, sobre colocación alguna de nuestro capital en los mercados', aseguraban esta misma semana fuentes de Sacyr. En la actualidad, el presidente, José Manuel Loureda, a través de la sociedad Prilou, SL; el consejero delegado y vicepresidente primero, Luis del Rivero, a través de la sociedad Aiyasa, y el vicepresidente tercero, Manuel Manrique, a través de la sociedad Cymofag, SL, controlan el 51,59% del capital social del grupo.

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