Dos centros públicos ofrecen a los separados un lugar para ver a sus hijos

Los padres separados que, por conflictos de pareja, tienen problemas para ver a sus hijos durante las visitas fijadas por los jueces, cuentan con dos centros públicos cuyo objetivo es, precisamente, facilitar esos encuentros. Ambos locales -que funcionan desde enero, pero que fueron presentados ayer por la consejera de Servicios Sociales, Pilar Martínez- están habilitados como pequeños hogares, con salas de estar, despachos para realizar una mediación familiar y espacios con juguetes. Uno de ellos depende del Ayuntamiento de Madrid y lo regenta la Asociación para la Protección del Menor en los Procesos de Separación (Aprome); el otro pertenece a la Comunidad y lo gestiona la asociación Maci.

Pilar Martínez, que visitó ayer el centro del Gobierno regional, situado en Valle de Cachemira, 24 (Moncloa), explicó que su departamento concederá subvenciones a los ayuntamientos de la región que quieran abrir locales similares. 'Este verano esperamos que ya se inaugure un tercer punto de encuentro en alguna localidad', aseguró. Tanto el Consejo General del Poder Judicial como el Consejo de Europa han reclamado en repetidas ocasiones la apertura de estos servicios.

Los puntos de encuentro van dirigidos sobre todo a casos de separación en los que el progenitor que tiene la custodia del niño obstaculiza las relaciones de éste con el otro padre o madre. Pero también están pensados para facilitar las relaciones entre padres y niños que viven con tíos o abuelos en régimen de acogimiento familiar.

En un 45% de los casos el centro se utiliza para que cada ex cónyuge tenga un lugar adecuado para dejar y recoger al niño cuando al otro le corresponde turno de visita, sin estar obligados a verse. Antes de la existencia de estos centros, a veces los encuentros tenían que realizarse en lugares tan poco adecuados como comisarías de policía, cuartelillos de la Guardia Civil o centros de acogida de menores desamparados.

Apoyo psicológico

Existe también un turno de visitas supervisadas, es decir, con el apoyo de un psicólogo, que se producen cuando el chaval, por cualquier motivo, rechaza reunirse con el progenitor con el que no convive. También hay un 10% de visitas no supervisadas.

Encarna Gómez, presidenta de Macis, explica que la utilización del centro se concibe como 'temporal' (seis meses prorrogables). 'Nuestro trabajo es, precisamente, intentar que el vínculo roto se restablezca, al menos de forma mínima, y que los padres sean capaces de quedar con normalidad con los niños', afirma. De ese trabajo de mediación se encarga un equipo formado por un coordinador, dos psicólogos a tiempo parcial, un trabajador social y un auxiliar administrativo

El centro de la Comunidad -abierto los viernes de 17.00 a 20.00 y los sábados y domingos de 10.00 a 20.00- ha recibido ya 35 solicitudes. En la actualidad atiende a 19 niños, todos enviados por juzgados de familia o por la Comisión de Tutela del Menor. El 82% padece una situación de grave conflicto entre sus progenitores. Un 12% tiene menos de tres años; un 53%, entre tres y 10 años, y el resto son mayores de esa edad.