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Un joven mata a una chica de 15 años en Francia para imitar una película de terror

¿Las películas de terror, de nuevo culpables? Un estudiante de 17 años mató el lunes pasado a una amiga de 15, a la que asestó diecisiete puñaladas cuando daban un paseo cerca de la casa de la muchacha, en una zona residencial de la periferia de Nantes. Según el fiscal de esta ciudad, que informó ayer de los hechos, el presunto asesino ha confesado a la policía su decisión de 'matar a alguien' después de ver una película de la serie Scream, famosa trilogía del cine de terror. Antes de morir, la muchacha dio el nombre del agresor y éste fue detenido.

Los dos adolescentes formaban parte de la misma pandilla de amigos. El lunes por la tarde, él acudió a casa de la chica en Saint-Sébastien-sur-Loire, una zona residencial próxima a Nantes (oeste de Francia) y salieron a pasear. La agresión se produjo en un bosquecillo, a unos 200 metros de la casa. Un vecino que paseaba con el perro, como todas las tardes, descubrió la escena y el agresor salió corriendo. El vecino atendió a la muchacha, tendida sobre la hierba en medio de un charco de sangre, y este hombre fue el que escuchó de labios de la agonizante el nombre del agresor. La adolescente murió en un hospital horas más tarde.

La policía encontró en casa del presunto asesino una bolsa que contenía un modelo de máscara similar al utilizado por los psicópatas que aparecen en la película y un cuchillo, probablemente el usado para apuñalar a la chica.

El presunto agresor es uno más de los alumnos escolarizados en un instituto de enseñanza media de Nantes. La víctima, hija de un profesor, estudiaba en otro instituto, cerca de la ciudad. Historias aparentemente corrientes, de personas sin graves antecedentes o problemas conocidos. Como la protagonizada por chicas de clase media en un pueblo de la periferia de Besançon, al este de Francia, hace menos de tres meses, cuando secuestraron a una adolescente, le cortaron el rostro y las venas de las muñecas y la abandonaron desangrándose, aunque aquélla tuvo más suerte: se libró de la muerte porque tuvo la fortuna de escaparse de su encierro cuando ya había perdido dos litros de sangre.

Las películas de la serie Scream fueron concebidas como una parodia -por sus excesos- del cine de terror. Tras haber ofrecido al séptimo arte pesadillas como Freddy, el realizador Wes Craven decidió reventar el célebre género con la puesta en escena de un grupo de jóvenes, apasionados del cine de terror, transformados en psicópatas enmascarados que van eliminando a sus víctimas de manera extremadamente violenta. Fueron los protagonistas de lo que llegó a convertirse en una serie de culto entre los amantes del género. La primera de las obras fue rodada en 1996 y posteriormente hubo dos entregas más.

Tanto en el caso de Besançon como en el de Nantes, las informaciones sobre los respectivos casos proceden de los fiscales encargados de ambos asuntos. Algunos psicólogos y educadores aportaron ayer unas explicaciones de urgencia sobre las consecuencias de una exposición de los adolescentes a imágenes tan crudas como las contenidas en películas y series de televisión -y no sólo en la trilogía de referencia-, sin que hasta el momento haya cuajado un verdadero debate sobre la influencia de tales creaciones en comportamientos tan violentos como los reflejados por estos sucesos.

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