Huelga de los empleados de una empresa que limpia el metro
Los trabajadores reclaman un aumento salarial por la 'insalubridad' que padecen
Los 400 trabajadores de la subcontrata Clece, la empresa encargada de la limpieza en parte del metro madrileño, inician hoy su segundo día de huelga indefinida en demanda de mejoras salariales y laborales. Los empleados aseguran que sus condiciones de trabajo son 'penosas' porque, entre otras cosas, están expuestos a materiales tóxicos que se utilizan en la limpieza de las paredes. Además, afirman, tienen que soportar elevados índices de ruido y contaminación para los que no cuentan con protección. La huelga afecta a siete líneas y 117 estaciones.
Son varios los motivos que esgrimen los trabajadores de la empresa Clece para mantener una huelga indefinida: aseguran que esta subcontrata no cubre las bajas de larga duración de los empleados, que la plantilla está expuesta a las sustancias tóxicas que utilizan en la limpieza de las paredes, que tienen que soportar altos índices de ruido y contaminación y que la compañía se niega a contratar de forma permanente a trabajadores que se hallan en situación eventual.
Cada uno de los empleados que tienen a su cargo la limpieza de las vías, los vagones y las taquillas gana al mes una media de 540 euros. Las condiciones a las que están expuestos, dicen, 'convierten ese salario en un sueldo miserable'.
Rosalía Rodríguez, una de las portavoces del comité de empresa, explicó ayer que la plantilla ha solicitado a Clece un aumento del 20% sobre su base salarial por considerar que el contacto con productos tóxicos convierte en 'insalubre' y 'peligroso' su día a día laboral. 'Esta reivindicación no nos la sacamos de la manga. Está en la ley. Nosotros manejamos unos productos en cuya etiqueta se advierte de los peligros que tienen para la salud y, aunque nos dan una máscara y unos guantes, no es suficiente porque el aire se queda contaminado', subraya Rodríguez.
Bajas sin suplir
La plantilla también reclama un incremento de 90 euros por cada trabajador en función del aumento de carga laboral que se produce cuando no se suplen las bajas de larga duración de otros trabajadores. Además, solicitan que se contrate de forma fija a los limpiadores que se encuentran en situación eventual y que se les entregue un vestuario 'adaptado a las condiciones climáticas que se producen en las estaciones de metro', según declaró a Europa Press Alejandro Covarrubias, otro portavoz sindical.
Covarrubias pidió 'perdón' a los usuarios del metro por las molestias que supondrá la reivindicación de los trabajadores de la limpieza. Pero, al mismo tiempo, apeló a su 'comprensión'. 'Las condiciones de trabajo que sufrimos justifican sobradamente la protesta', aseguró el portavoz.
En su primer día la huelga fue seguida, según los responsables del comité de empresa, por 'la práctica totalidad de la plantilla'. Se vieron afectadas siete de las 11 líneas del subterráneo madrileño y casi 117 de las 201 estaciones que posee Metro, es decir, un 58%.
La compañía decretó unos servicios mínimos que se cumplieron al pie de la letra, aunque los trabajadores los calificaron de 'abusivos'. La limpieza se cubrió en un 36% en el turno de mañana, otro 36% en el de la tarde y el 100% en la noche. Sobre este último turno, Rosalía Rodríguez aseguró que estaba previsto limpiar sólo las taquillas de los vendedores, pero no fregar los suelos ni limpiar las papeleras.
'No estamos en plan bárbaro. Nuestra postura es que queremos negociar, pero la empresa no nos pone ninguna solución sobre la mesa', señaló Rodríguez. EL PAÍS intentó ayer en repetidas ocasiones, sin éxito, obtener la versión de la empresa Clece.
Los trabajadores criticaron la actitud de la Consejería de Urbanismo y Transportes, cuyo titular, Luis Eduardo Cortés, del PP, dejó en manos de la empresa y sus empleados la resolución del conflicto. 'Soy poco intervencionista porque hay que dejar que funcionen los mecanismos adecuados', alegó Cortés. Y añadió: 'Este tipo de huelgas tienen un problema añadido, que son huelgas sucias'. Pero Rodríguez replicó: 'El día de la inauguración de la estación de Nuevos Ministerios, 50 compañeros tuvieron que limpiar hasta sacar brillo y después seguir con su trabajo normal de aquel día. Y luego nos dice el consejero que éste no es su problema'.
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