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Reportaje:

La última voluntad del maestro

Los restos del guitarrista Andrés Segovia llegan a Linares a los 15 años de su muerte

Ginés Donaire

La última voluntad del guitarrista Andrés Segovia ha tardado 15 años en hacerse realidad. Los restos mortales del que fue considerado el más grande concertista de guitarra contemporánea llegaron ayer a su localidad natal, Linares (Jaén), donde reposarán definitivamente en la cripta instalada en la Casa Museo abierta en honor al más universal de los linarenses en el Palacio de los Orozco. 'Es un momento trascendente para la historia de Linares', comentó el biógrafo de Segovia, Alberto López Poveda, emocionado tras la llegada del féretro con los restos del célebre guitarrista.

La vuelta de Andrés Segovia (Linares, 1893-Madrid, 1987) a sus orígenes se inició a primera hora de la mañana en el madrileño cementerio de San Isidro, donde fueron exhumados sus restos 15 años después de su muerte. Su viuda, Emilia Corral, y su hijo Carlos Andrés, junto al alcalde de Linares, Juan Fernández, estuvieron presentes en el acto y encabezaron la comitiva que les llevaría hasta Linares. Pasada la una de la tarde llegó el cortejo fúnebre hasta las puertas del Ayuntamiento linarense. El féretro con los restos de Andrés Segovia, cubierto con una bandera española, fue conducido hasta el salón de cristales del palacio municipal donde, a lo largo de todo el día, recibió el homenaje y el reconocimiento de cientos de linarenses.

Coronas y ramos de flores de instituciones, particulares y colegios de la ciudad llegaron hasta la sala donde se velaban los restos del genio de la guitarra, hasta donde se acercaron también varios discípulos del maestro. Entre ellos figuraban los italianos Oscar Ghiglia y Linda Calsolaro, que mañana miércoles actuarán en el ciclo de conciertos programado en memoria del guitarrista linarense.

¿Por qué se ha tardado 15 años en cumplir la última voluntad de Andrés Segovia? Muchos linarenses seguían haciéndose ayer esa pregunta, aunque mostraban finalmente su satisfacción por haberse saldado una deuda pendiente con el hijo más conocido de Linares. Carlos Andrés Segovia, hijo del guitarrista, se refirió a la 'emotividad' del momento que ha tardado en llegar por la exigencia de la familia Segovia de no trasladar los restos a Linares hasta que se garantizase un lugar digno para su inhumación.

Ese lugar abrió sus puertas el año pasado en el Palacio de los Orozco, un edificio del siglo XVII sometido durante seis años a un laborioso proceso de rehabilitación por parte de la Consejería de Obras Públicas para albergar en él la Casa Museo de Andrés Segovia.

'Es un foco de atracción cultural de primer orden y un lugar indispensable para estudiar la vida y la obra del guitarrista universal', comentaba Alberto López Poveda, biógrafo del músico y uno de los que insistió con mayor vehemencia para que se pudiera abrir este museo que gestiona la Fundación Andrés Segovia, presidida por la propia viuda de Segovia.

Un museo de la guitarra

La cripta que desde hoy acogerá de una manera definitiva los restos de Andrés Segovia va a compartir protagonismo con multitud de enseres personales que han sido donados por la familia del músico y que constituyen el mayor atractivo de la Casa Museo abierta en el Palacio de los Orozco. De esta manera, se pueden visitar las partituras y todo el fondo documental del músico linarense que, desde su debut en Granada en 1909, mantuvo una estrecha amistad con Falla, García Lorca y Fernando de los Ríos, con quienes organizó el concurso de Cante Jondo celebrado en 1922.

También pueden visitarse las guitarras que acentuaron la reputación internacional de Andrés Segovia en sus conciertos en París, Bruselas y, sobre todo, en Japón, donde el guitarrista linarense recibió la Medalla del Sol Naciente, máxima distinción de ese país, por su contribución a la afición nipona por el arte de las seis cuerdas. Se estima que más de dos millones de japoneses tocan la guitarra clásica española. Incluso en la ciudad nipona de Kiosato, se celebra desde hace 20 años el Festival de Música Española en reconocimiento al músico linarenses.

Hijo de un carpintero, Segovia no encontró precisamente mucha receptividad de su familia para desarrollar su gran vocación. Debía de practicar con su guitarra a escondidas para no ser reprendido por sus mayores, pues en aquellos años la guitarra española era considerada algo marginal, más propio de ambientes tabernarios. Sin embargo, el tesón del joven Andrés Segovia pudo más que la oposición familiar, y así, con sólo16 años, dio su primer concierto en Granada con un repertorio de partituras encontradas en bibliotecas y una adaptación de obras de grandes músicos. A pesar de algunos recitales más, Segovia hizo su debut oficial en una presentación en Madrid en el año 1913 para el que alquiló una buena guitarra ya que la suya no era la apropiada para la ocasión.

Además de esta Casa-Museo, Linares rinde tributo a la memoria de Andrés Segovia con la figura escultórica situada en el Paseo de Santa Margarita, así como con el nombre de una calle y una placa en la fachada de la casa donde nació.

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