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España se compromete con la UE a comprar 24 helicópteros de ataque

Defensa se inclina por repartir entre el Apache y el Trigre un contrato de 1.200 millones

Miguel González

España se compromete ante la Unión Europea a contar con una compañía de helicópteros de ataque en el año 2007 y otras dos en el 2012. El anuncio público de este compromiso, que está previsto efectuar en Madrid el día 12, durante un seminario sobre capacidades de Defensa de la UE, supone el lanzamiento de uno de los programas más ambiciosos del Ejército: la compra de 24 helicópteros por unos 1.200 millones de euros (180.000 millones de pesetas de 1999). La elección entre el Tigre europeo y el Apache estadounidense tiene fuertes repercusiones militares, industriales y políticas.

Durante la presidencia española de la Unión se han constituido 17 grupos de trabajo para estudiar las incapacidades militares europeas. Uno de estos grupos analiza las carencias en materia de helicópteros de ataque y lo preside precisamente un español. España, que carece de helicópteros de ataque -los veteranos Bö-105 hace tiempo que no cumplen esa función-, ha elegido este marco para asumir el compromiso de dotarse de un batallón en dos fases.

Se desbloquea así un programa aplazado durante años por falta de fondos. Para que esta promesa (que vincula políticamente ante los socios europeos) se haga realidad, el Gobierno debe elegir antes de fin de año entre los modelos en pugna e incluir en el presupuesto de 2003 una partida inicial.

Razones políticas e industriales inclinan la balanza en favor del Tigre que fabrica Eurocopter, filial de la compañía aeronaútica europea EADS, en la que se integró la española CASA. Eurocopter ha presentado un plan de cooperación que permitiría a la industria nacional producir componentes no sólo para los 24 helicópteros españoles, sino para cualquier futuro pedido que se sume a las 160 unidades ya encargadas por Francia y Alemania.

Sin embargo, la opción del Tigre tropieza con un grave obstáculo. Ni la versión francesa (HAP) ni la germana (UHT) cumplen los requirimientos del Ejército de Tierra. España pretende que el motor del helicóptero tenga un 30% más de potencia, para equiparlo con todo tipo de armamento, dado su escaso número de unidades, y sobre todo para que pueda actuar en climas áridos, dominantes en su teatro de operaciones más probable, y a temperaturas elevadas.

También quiere equiparlos con un sistema de adquisición pasiva de blancos, que permita apuntar al eventual objetivo sin revelarle su presencia. Estos requisitos obligarían a desarrollar un nuevo prototipo, lo que exige fortísimas inversiones que España no puede asumir en solitario. La viabilidad del proyecto pasaría porque Francia y Alemania aceptaran compartir su coste, pero hasta ahora no se han mostrado dispuestas a ello.

La alternativa es el Apache de la estadounidense Boeing. El Ejército de Tierra no ha ocultado nunca su preferencia por este experimentado helicóptero. Mientras el primer Tigre salió de la cadena de montaje en marzo pasado, el Apache se ha usado en la invasión de Panamá, la guerra del Golfo o, ahora, en los ataques israelíes contra los territorios palestinos.

La potencia de sus motores es mayor (desplaza nueve toneladas por seis del Tigre) y su última versión, el AH-64D Longbow, dispone de un radar capaz de adquirir simultáneamente 128 blancos. No es furtivo, pero puede actuar al abrigo del adversario y descubrirse el mínimo imprescindible para captar el blanco y disparar.

Industrialmente, la opción de Boeing es menos interesante que la de Eurocopter, pero dispone de una baza tentadora para los militares: la oferta de seis Apache de segunda mano que serían cedidos en régimen de leasing (alquiler con opción de compra) durante cinco años por el Ejército de EE UU. De aceptar la oferta, España tendría helicópteros en unos meses, en vez de esperar años.

Aunque su precio resulta ventajoso, la oferta también presenta inconvenientes: las unidades ofrecidas son del modelo Alfa, el más antiguo, y no del Delta, que quiere España, y la formación de las tripulaciones sólo sería rentable si se asume que los futuros helicópteros españoles serán Apache.

El Apache y el Tigre compiten a nivel mundial por un mercado de expectativas multimillonarias. Boeing asestó un duro golpe a su rival al colocar el Apache en dos países europeos, Reino Unido y Holanda. Eurocopter se desquitó vendiendo 22 Tigres a Australia, pero otra derrota en Europa le dejaría en una posición muy débil.

A falta de que se presenten las ofertas formales, Defensa se inclina por una solución salomónica: adquirir una compañía de helicópteros Apache, para misiones de ataque, y dos de Tigres, para reconocimiento, apoyo o escolta. Políticamente, España pondría una vela a Dios y otra al diablo (cualquiera que sea cada uno), pero al precio de duplicar las cadenas de apoyo logístico y de reducir las contrapartidas industriales al negociar series más cortas. La última palabra, aún por decir, corresponde al propio presidente Aznar.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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