'Tuvimos un bajón físico'
Los jugadores culpan a la humedad y los nervios de los malos momentos tras el gol de Eslovenia
Se necesita valor para arrastrar un bombo, solo por el Extremo Oriente, con una boina en la cabeza del tamaño de una rueda de bicicleta. Así llegó Manolo El del Bombo hasta la pequeña ciudad de Gwangju, rodeada de montañas en un profundo valle del extremo sur de Corea. Y aunque los efectos de su bombo se difuminaron en el sinfín de ruidos de tambores, matracas y platos que producía el graderío, la noche terminó bien para el típico hincha español y para España.
Pero también tocó sufrir. Luis Enrique y Nadal hablaron de 'un bajón físico' para justificar los peores momentos de España en el partido de ayer. 'Nos ha faltado volver a la competición', apuntó Luis Enrique. 'Hemos sufrido un bajón coincidiendo con el gol de Cimirotic. Y como estábamos un pelín nerviosos, pues eso nos hacía difícil respirar bien'. Raúl coincidió a medias en este punto: 'Los alrededores del campo son preciosos pero la humedad era demasiado alta'. Casillas insistió en el clima: 'Se hacía difícil respirar porque había mucha humedad en el ambiente'.
Morientes no ocultaba su felicidad. Sus minutos fueron escasos, pero su presencia abundante: 'Me he sentido cómodo y he participado en las jugadas de los goles. Los que estuvimos en el anterior Mundial, sabíamos que era muy importante ganar este primer partido porque si no, se te pone todo muy cuesta arriba'.
La jugada polémica del partido también le corrrespondió a Morientes, cuando el árbitro señaló penalti cuando el delantero español cayó en el área. ¿Fue penalti? 'Sí, es muy tonto, pero el penalti es claro', afirma Morientes, porque 'me arrastra la pierna derecha'. Tristán, que dejó su lugar al madridista, se retiró con un fuerte golpe. 'Me duele bastante el tobillo desde una entrada que me han hecho en el minuto cinco. Pero creo que estaré bien para el partido contra Paraguay', señaló.
Voluminoso y de cabeza plana, Milan Osterc se quedó prendado del jugador con el dorsal número 11 de España. 'Me gustó el once', dijo el delantero esloveno del Hapoel Tel Aviv, después del partido, sin saber el nombre del zurdo que subía y bajaba. 'Igual me puedo equivocar, pero ha hecho un gran partido', apuntó el esloveno pensando en ese chaval de rizos, barba dibujada especialmente para la ocasión y ojos saltones. No era otro que Javi De Pedro, el media punta de la Real Sociedad.
'¿El mejor del partido?, De Pedro', dijo Luis Enrique, su compañero en la otra banda. Y De Pedro, directo y más bien pesimista como es, salió de la ducha y dijo que no había hecho un partido extraordinario. 'Me faltó el gol para eso', ponderó.
De Pedro relativizó cuando dio su opinión sobre su propia actuación, y magnificó la de España: 'Hemos pasado a la historia porque hacía 52 años que no ganábamos en el debú; ahora ganar el Mundial sería el copón. Pero hay que ir paso a paso. El primer paso lo hemos dado y lo importante ha sido que nos hemos dejado todo en el campo. Terminé el partido y las piernas me dolían un huevo'.
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