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Reportaje:

StoraEnso refuerza su papel

La empresa sueco-finlandesa pretende aumentar su presencia en España

La papelera sueco-finlandesa StoraEnso es una vieja conocida en este país, donde vende sus productos desde 1947 y donde ya trabajan para el grupo más de 450 personas. Su larga trayectoria, y unas ventas que alcanzan los 500 millones de euros, hacen de España una de las áreas importantes para la compañía, concretamente la quinta. Ahora acaba de estrenar responsable en Madrid -ha sido nombrado Tom Alfthan- y con ese motivo el consejero delegado del grupo, Jukka Härmälä, ha recalado unos días en España, donde además de la oficina de ventas tiene una fábrica de cartón en Barcelona, con una capacidad de 170.000 toneladas a base de reciclaje. En España, StoraEnso vende 650.000 toneladas de papel y cartón y 150.000 metros cúbicos de madera sellada, y tiene como objetivo consolidar y aumentar esa cuota, sabiendo que los tiempos que corren no son precisamente buenos.

En España vende 650.000 toneladas de papel y cartón y 150.000 metros cúbicos de madera sellada y factura 500 millones de euros
El grupo facturó 3.228,9 millones de euros en el primer trimestre de 2002 y obtuvo un beneficio neto de 161 millones de euros

El grupo facturó en el primer trimestre de este año 3.228,9 millones de euros, 54 millones menos que en el trimestre anterior. Y su beneficio neto fue de 161 millones de euros, frente a los 274 millones del trimestre anterior. La menores ventas y precios en papel gráfico han pesado sobre los resultados. 'La caída de la economía internacional', dice Härmälä, 'ha provocado una rápida caída de la publicidad y, aunque parece que hay cierta recuperación, todavía no la notamos en las ventas de papel para publicaciones, aunque sí hay signos de recuperación en papel de fotocopiadora y embalaje'. Una parte, que, sin embargo, ocupa la menor proporción del negocio, un 20% frente al 80% del papel gráfico.

El declive en los resultados, según el consejero delegado, provoca una actitud de prudencia que mantendrán también en las inversiones, con una media anual de 1.300 millones de euros, aunque la empresa continuará aumentando su capacidad de producción y extendiéndose a otros mercados menos saturados que el tradicional. Así, en Europa se ha fijado en Rusia, donde ha establecido una fábrica a 400 kilómetros de Moscú; planean otra en Brasil, donde ya tienen una plantación de árboles, y no quitan el ojo a China como mercado de gran potencial.

La consolidación del negocio, su extensión a nuevas áreas y productos y compaginar la actividad con el cuidado por el medio ambiente -los árboles que talan en bosques 'certificados' son sustituidos- son los objetivos más cercanos de la papelera.

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