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Un novato de alcurnia

A los 13 años lo operaron de apendicitis, a los 16 le tocó la quiniela y un año después se cayó de la moto. A los 34 se casó con la hija de un ganadero famoso y a su boda asistieron los Reyes de España y el príncipe Felipe. Todo esto, pero nada más, es lo que de él se había publicado hasta ahora y de ahí se puede deducir que este abogado de 38 años, candidato del PP a la presidencia de Castilla-La Mancha, es un tipo normal por todas partes menos por una. Adolfo Suárez Illana es hijo del ex presidente Adolfo Suárez, y eso le viene marcando la existencia.

-Soy José Bono, el presidente de Castilla-La Mancha, ¿podría hablar con el presidente Suárez?

-Sí, un momento, ahora se pone.

La llamada se produjo hace dos domingos. El ex presidente Suárez volvía de oír misa de doce junto a su hijo Adolfo cuando sonó el teléfono.

José Bono llamó a Suárez y le dijo: 'Quiero que sepas, presidente, que voy a tratar a tu hijo con todo el respeto que te tengo a ti y a lo que tú representas'
Javier Arenas: 'Adolfo es un ganador nato. Es un resumen perfecto de la trayectoria de su padre y de la política de Aznar'
Su biografía habla del culto de un hijo a la personalidad de su padre. A los 14 años se afilió a UCD y luego estudió derecho y fue a Harvard por petición paterna
'A mí lo que más me gusta es el campo. Mi mujer dice que soy más de campo que las amapolas. En Castilla-La Mancha, a casi todos les gusta la caza y los toros'
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-Quiero que sepas, presidente, que voy a tratar a tu hijo con todo el respeto que te tengo a ti y a lo que tú representas para todos los españoles.

-Muchas gracias. Mi hijo es un caballero y también te tratará con respeto.

Los buenos propósitos de aquella conversación, confirmada a este periódico por ambas partes, apenas duraron unos días. El presidente Bono dijo enseguida que la candidatura del hijo de Suárez le traía a la memoria aquellas épocas pasadas en las que los políticos sólo se acercaban por allí para 'cazar y ascender'. O sea, dijo Bono: 'Como gobernador civil no tendría precio'.

Aprendiz de karateca

Suárez Illana sonríe. Dice que no le asusta. Que él, torero aficionado, lleva lidiando toda su vida con situaciones peores. 'Yo estudié en un colegio del Opus', explica, 'y a los 13 años pasé de ser Adolfo a secas a ser, para muchos compañeros, el hijo de puta de Adolfo. Era el año 1977 y el Gobierno de mi padre había legalizado al Partido Comunista de España. Aquello para muchos fue una traición. Así que hasta tuve que aprender algo de kárate para poder defenderme. Íbamos por Madrid en un coche con los cristales ahumados para que no nos insultaran. Así que estos derrotes...'.

La biografía de Adolfo Suárez Illana habla del culto de un hijo a la personalidad de su padre. Se afilió a la UCD con sólo 14 años; tras terminar con notable la carrera de Derecho, viajó a Harvard para hacer el doctorado porque así lo quería su padre; y de regreso a España acompañó al ya ex presidente en su penosa campaña a favor del CDS. Fue en aquella época cuando conoció a Javier Arenas y a Jaime Mayor, dos de sus actuales valedores en el PP de José María Aznar. Con el tercero, Alejandro Agag, el novio de Ana Aznar, ya había coincidido en el colegio del Opus Dei, donde también estudiaron los hijos de Calvo Sotelo y los de Ruiz Mateos.

La trayectoria profesional de Suárez Illana es un salto continuo de una orilla a otra del Atlántico, de un trabajo a otro. Del Banco Popular, donde estuvo de 1990 a 1993, pasó a ser delegado en Venezuela de la editorial Santillana, desde diciembre de 1994 a marzo de 1996. Entre un trabajo y otro hay unos meses en blanco que en realidad fueron muy negros: los que el hoy candidato del PP empleó junto a su familia para buscar la curación de su hermana Mariam, enferma de cáncer.

Más tarde, el hijo de Suárez intentó sin demasiado éxito montar un negocio con José Fernando Navalón, hermano del intermediario Antonio Navalón, en cuyo despacho instalaron su oficina. No iban del todo mal las cosas cuando, en 1998, la policía irrumpió en el edificio buscando pruebas del cobro de comisiones ilegales por la fusión de Hidrola e Iberduero. Suárez Illana, a quien el registro pilló trabajando en Chile, se preocupó muy seriamente. No quería que el apellido de su padre se viera envuelto en un asunto tan turbio, así que regresó a Madrid y se instaló por su cuenta. Desde 1999, Suárez & Illana, que así se llama su despacho, se ha venido dedicando a asesorar a empresas, mayoritariamente extranjeras, fruto en buena parte de los contactos que hizo durante el año que estudió en Harvard. Dicen los que le conocen que le va 'de cine'. O, mejor dicho, que le iba.

El viernes pasado, Adolfo Suárez pegó el cerrojazo a su despacho, instalado en un quinto piso del barrio de Los Jerónimos, muy cerca de la Bolsa de Madrid. A partir del lunes empezará su particular y muy larga campaña electoral. Ya está buscando un apartamento en Toledo y un grupo pequeño de colaboradores para visitar la región pueblo a pueblo. 'Voy a ganarle a Bono', confía, 'pero, si pierdo, me quedaré haciendo oposición cuatro años'. 'Puedo prometer y prometo', dice con guasa, remedando a su padre, 'que esto es un camino sin vuelta atrás. Voy para quedarme'.

'Yo le pregunto', dice el torero Enrique Ponce, muy amigo suyo, '¿tú que necesidad tienes de meterte en un lío así? Pero es su vocación. Yo estoy muy orgulloso de ser su amigo porque es una de las mejores personas que conozco, honesto a carta cabal y muy aficionado a los toros'.

La amistad con Ponce, así como buena parte de su relación con Castilla-La Mancha, le viene a Suárez de su esposa, Isabel Flores, hija del ganadero de reses bravas Samuel Flores, quien posee en Albacete una finca, El Palomar, de más de 3.000 hectáreas. 'A mi lo que de verdad me gusta', suele repetir el ya candidato del PP, 'es el campo. Mi mujer dice que soy más de campo que las amapolas'. Y lo demuestra utilizando una retahíla interminable de términos camperos con los que piensa conectar con su electorado.

El miércoles pasado, durante una cena con 13 amigos del PP en un retaurante del barrio de Salamanca, les contó precisamente que, a su juicio, el PSOE se equivoca cuando intenta atacarlo por su afición a los toros o a la caza. 'Eso', les decía, 'podría funcionar en Cataluña o en el País Vasco, donde quizás haya menos afición, pero en Castilla-La Mancha, no. Allí, quien más y quien menos tiene una escopeta y le gusta todo lo relacionado con la caza y con la fiesta'. 'El otro día', se explayaba con sus amigos, 'estuve toreando una corrida de toros benéfica en un pueblo con alcalde socialista y al final la gente me gritaba: ¡presidente, presidente!'.

No tanto, pero casi, ya gritan en el PP. Aunque reconocen que Bono es un peso pesado muy difícil de derribar en un terreno que pisa como nadie, los responsables del PP pronostican -y juran que lo hacen muy en serio- una victoria. Según las encuestas que manejan, si hoy hubiera elecciones generales en Castilla-La Mancha, el PP ganaría por 11 puntos, pero si las elecciones fueran autonómicas, quien triunfaría sería el PSOE y por una diferencia de ocho. Están seguros de que Suárez conseguirá retener los votos de Aznar.

'Adolfo', dice Javier Arenas, el secretario general del PP, 'es un ganador nato. Es un resumen perfecto de la trayectoria de su padre y de la política de Aznar'.

Arenas recuerda que, cuando el nombre de Suárez Illana fue pronunciado en el último congreso del PP, una ovación unánime atronó en la sala. Aunque ya había sido captado para el PP por los jóvenes integrantes del clan de Becerril -con el yerno Agag a la cabeza-, Suárez se ganó a Aznar el día que se mostró dispuesto a participar en la última campaña electoral del PP en Euskadi, El presidente recogió el guante y le encargó que diera dos mítines para que se fuera fogueando.

De aquello hace sólo unos meses y Suárez Illana es ya un político profesional. Sabe que su aventura es posible porque nadie más en el PP está dispuesto a enfrentarse con Bono, quien ha conseguido aburrir a todos a base de derrotas.

El jueves por la tarde, el presidente socialista aceptó hablar de su oponente, aunque aclaró que él todavía no está en campaña electoral. Mientras podaba en su jardín, declaró: 'A mí me pasa con Suárez Illana lo que a él con Castilla-La Mancha. Que ni él conoce Castilla-La Mancha ni Castilla-La Mancha lo conoce a él'. Dicho esto, Bono se pinchó en un dedo con la espina de una rosa, así que dejó la conversación para otro momento, como si este nuevo contrincante del PP no tuviera en realidad demasiada importancia.

Adolfo Suárez Illana, de 38 años, casado y padre de dos hijos, empieza esta semana su carrera electoral contra el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono.
Adolfo Suárez Illana, de 38 años, casado y padre de dos hijos, empieza esta semana su carrera electoral contra el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono.

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