Un recorrido por la historia

Gallarta, la novela que acaba de publicar Iñaki Egaña, puede adscribirse al exitoso género de la novela histórica. Pero, en el transcurso de la obra el lector se encontrará también con la novela de género social, o de historia-ficción.

La historia toma como centro a la pareja formada por Valentín y su mujer Rosario, recién casados al comienzo. Estos personajes, miembros de la historia silenciosa de los perdedores, se ven abocados a la emigración a Gallarta, a las minas de hierro vizcaíno, por culpa de una sequía que ha agostado los campos en su pueblo. La primera parte de la novela relata el camino de la pareja desde su pueblo a su destino. La dura vida en las minas, su trabajo, la pérdida de su primer hijo, las huelgas y las luchas obreras configuran la segunda parte. El epílogo relata el fin de las líneas narrativas que se habían desplegado en las dos partes anteriores.

Iñaki Egaña sitúa a dos personajes de ficción en el entramado histórico que pretende para su novela. Pero, los temas dan para mucho, demasiado. La historia individual situada en un contexto histórico es una técnica narrativa que puede resultar eficaz. Pero en esta novela se han utilizado demasiados cambios de registro narrativo. La primera parte, el viaje, se ve salpicado de descripciones sobre el paisaje que recuerdan demasiado a la novela costumbrista, enriquecidas por personajes marginales que matizan la experiencia de los protagonistas.

Puede resultar más interesante la descripción de la vida en las minas y el trabajo. No falta aquí una visión maniquea de las relaciones personales, y una referencia clara a elementos sentimentales en la descripción de la vida diaria de los personajes que, si bien evolucionan a lo largo de las páginas, resultan un tanto indefinidos. La referencia a la lucha obrera, a las huelgas y la inclusión de personajes históricos en la trama dan como resultado una descripción negra de la vida de los obreros en los tajos. Estamos ante la parte de la novela más eficaz, y no es baladí que el título se haya tomado de esta sección.

El pacto con el lector se rompe en el Epílogo, donde el autor imagina una situación histórica que no ha ocurrido, entra en la historia-ficción, en el delirio de una situación deseada, y, a pesar de su visión irónica, defrauda al romper con la coherencia narrativa.