Los Mossos entran en Quatre Camins tras exigir los funcionarios más seguridad
La envenenada situación que se vive en la cárcel de Quatre Camins tras el amotinamiento de 130 presos el pasado miércoles y la protesta de otros 6 el jueves tiene atemorizados a los funcionarios del centro. A primera hora de ayer, los trabajadores de Quatre Camins amenazaron con dejar sus puestos si a mediodía no llegaban más policías para controlar situaciones violentas. A las once de la mañana llegaron a la cárcel unos 30 mossos d'esquadra antidisturbios.
La situación de 'absoluta normalidad' que según los responsables penitenciarios reinaba ayer en Quatre Camins sólo se rompió por la tensa asamblea de los trabajadores que se llevó a cabo a primera hora de la mañana. En ella, los funcionarios querían dejar claro que sin un aumento de efectivos para la vigilancia del centro, no se podía garantizar la seguridad de la prisión ni de sus trabajadores.
El Departamento de Justicia ya envió al centro unos 30 agentes de los Mossos d'Esquadra antidisturbios en la noche del jueves, cuando seis presos se subieron al techo de la cárcel 24 horas después del motín efectuado por 130 reclusos. Con la asamblea, los funcionarios pretendían que los 30 agentes sigan en el centro hasta que la tensión amaine, y lo consiguieron.
A las once de la mañana llegaron al centro otros 30 agentes de los Mossos d'Esquadra para relevar a sus compañeros. Sin embargo, el secretario de Ejecución Penal de Justicia, Ramon Parés, afirmó que el refuerzo de la seguridad no podía considerarse una medida extraordinaria, sino un simple relieve de la dotación que ya se trasladó al centro para dispersar a los seis amotinados del jueves. Parés añadió que permanecerán en la prisión 'hasta que la Administración penitenciaria y los Mossos d'Esquadra decidan que ya no son necesarios'.
Contradicciones
Los refuerzos llegaron pocas horas después que Parés negara una supuesta carencia de vigilantes en Quatre Camins y tras culpar al reformado Código Penal de la situación de violencia de la prisión.
A lo largo del día de ayer los funcionarios de la prisión abrieron una por una las puertas de las celdas del módulo II, el más conflictivo del centro, y conversaron con los presos para evitar nuevos altercados. Tras ello, todos los presos fueron saliendo para ir al patio y almorzar en el comedor de la cárcel. El día anterior lo habían hecho en sus celdas para evitar incidentes. Asimismo, durante la tarde de ayer, la mayor parte de reclusos pudo mantener contacto con sus familiares como todos los viernes.
Sobre la posibilidad de que los episodios violentos vividos en Quatre Camins puedan repetirse, el consejero de Justicia, Josep Delfí Guàrdia, afirmó ayer que el motín de la prisión de Quatre Camins 'es como un terremoto y puede tener réplicas, aunque de menor intensidad, en otros puntos del territorio'.
Guàrdia reconoció el 'histórico' problema de sobreocupación de las cárceles españolas, 'pero también en el entorno europeo, como en Francia e Italia' y achacó, en parte, este fenómeno a la falta, en el Código Penal vigente, de la redención de pena por trabajo.
A este respecto, el titular de Justicia catalán opinó que 'se ha perdido un instrumento para poder hacer una política rehabilitadora' en el interior de las prisiones españolas, si bien reconoció que cuando estuvo vigente la redención de pena por trabajo 'había abusos' de la misma.
El consejero de Justicia también afirmó que tras el motín de Quatre Camins pueden encontrarse algunos grupos antisistema que tienen reclusos en sus filas, algo que el máximo responsable de las prisiones catalanas ya había insinuado el día anterior.
Por otra parte, los sindicatos de los funcionarios de prisiones hicieron ayer un llamamiento a los trabajadores de los diferentes centros penitenciarios de Barcelona para que acudan voluntariamente este fin de semana a Quatre Camins y sustituyan a los funcionarios que han tenido que soportar la tensión de los últimos dos días.
