La sintonía de Stiglitz en el Círculo
Los empresarios se mostraron sensibles al discurso del Nobel, que critica la falta de equidad de la globalización
El premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz salió victorioso de su conferencia ante los empresarios que llenaron ayer a mediodía la sede del Círculo de Economía. Stiglitz, que también ayer presentó su último libro, El malestar en la globalización (Santillana y Empúries), cerró a media tarde su ovante periplo catalán al recibir el honoris causa de la Universidad de Barcelona.
En el Círculo, Stiglitz ahondó su conocida tesis de la falta de equidad que está originando el modelo de globalización de la Administración de Bush, y, al mismo tiempo, reforzó su punto de vista acerca de lo que el Nobel llama 'las falacias de lo público y lo privado', para desmontar las exégesis ultramontanas, tanto del mercado como del Estado. Analizó la crisis argentina, que, a su juicio, prueba que el Fondo Monetario Internacional (FMI) es incapaz de 'garantizar la estabilidad'.
El economista refuta la 'teología' del mercado y defiende el keynesianismo
Los miembros del Círculo manifestaron de forma bastante unánime al finalizar el acto su conformidad con muchos de los argumentos expuestos por el Nobel.
La invitación del foro a Stiglitz fue tramitada en enero de 2001, dos meses antes de que el profesor de Columbia fuera galardonado con el Nobel junto a Georges Akerlof y A. Michael Spence. Recientemente, el pasado 23 de mayo, cuando faltaban pocos días para la conferencia de ayer, se celebró un almuerzo de trabajo, en privado, entre la junta directiva del Círculo y el ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors. En ambos casos, la junta de la entidad barcelonesa ha querido mostrar que el ideario liberal de sus miembros es complementario con la preocupación por las desigualdades.
A la conferencia de Stiglitz asistieron Narcís Serra, ex vicepresidente del Gobierno; Antoni Serra Ramoneda, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de Caixa Catalunya; Salvador Gabarró, presidente saliente del Círculo de Economía, y Miquel Nadal, secretario de Estado de Exteriores. Tambien asistieron los empresarios Pere Vicens, Jordi Mercader y Josep Arcas, entre otros, así como los profesores universitarios Joaquim Muns, Germà Bel y Antón Costas.
El ex presidente del Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton representa el fin de la supremacía teológica del mercado y una vuelta saludable a las virtudes keynesianas de la inversión pública como una de las vías para mitigar la brecha social entre el Norte y el Sur.
A preguntas de los asistentes a la conferencia, Stiglitz derivó desde su analisis sobre Argentina hacia casos concretos como la negociación de una empresa distribuidora de agua -en alusión a Lyonnaise des Eaux- que, tras las enormes pérdidas soportadas por la devaluación del peso argentino, 'intenta renegociar su concesión con las autoridades'. Y se interrogó: '¿Qué hubiese hecho la concesionaria si las cosas fuesen distintas y la empresa disfrutara de sobrebeneficios? ¿Hubiese devuelto al país parte de estos beneficios?'.
Stiglitz, que fue economista jefe del Banco Mundial e ideólogo de las tesis progresistas defendidas durante años por su presidente, James Wolfensohn, responsabiliza al FMI de la crisis argentina y afirma que si el país austral hubiese seguido a rajatabla las recetas del organismo, 'el desastre habría llegado antes y de forma aún peor'.
El Nobel considera que el FMI es un organismo 'poco transparente' y al que le ha llegado la hora de 'rendir cuentas por sus errores, ya que lo que ha pasado en Indonesia, Brasil o Argentina es una muestra de que algo falla'.
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