_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cuestión de imágen

La cita es en Sevilla. Dos citas, la del Consejo Europeo y la de los sindicatos. El Gobierno está preocupado por la segunda. Es comprensible. Pero se excede en consideraciones curiosas a propósito de la imagen de España en general y, según el secretario general del PP, Javier Arenas, de Sevilla en particular.

Dice Arenas que la huelga supondrá 'daños irreparables' para Sevilla. Lo explica argumentando que Sevilla 'es una ciudad con gran atractivo turístico y con una gran infraestructura para acoger grandes reuniones internacionales' por lo que el hacer coincidir la huelga con una de éstas, la del Consejo europeo, producirá 'daños a Sevilla y lo sevillanos, a Andalucía y los andaluces, que van a ser irreparables'. El exceso de esa consideración debilita su intención de convencer a los sevillanos de lo improcedente de la huelga, porque, si bien es cierto que Sevilla es una ciudad con infraestructuras suficientes para acoger grandes reuniones internacionales, el hecho de que un día, por más señalado que sea, sea escenario principal de una huelga general, no deja la herencia de huelga permanente y conflicto continuo que sugieren las palabras de Arenas.

Lo malo para el Gobierno y su partido es que, por más que se empeñe en ese discurso, bandera nacional, o interés local en ristre, la huelga general no dañará la imagen de España, ni de Andalucía, ni de Sevilla. Aquí habrá reunión política de alto nivel al día siguiente de la huelga, que será tanto mejor para el Gobierno cuanto mejor haya sabido responder a ella, es decir cuanto más democráticamente haya dejado pasar la jornada, demostrando ante los altos dirigentes y la prensa europea que el Gobierno de España respeta el derecho constitucional a la huelga.

Y al día siguiente del día siguiente, es decir cuando la huelga y la reunión del Consejo europeo hayan pasado, la imagen de cada cual será la que se haya sabido ganar. De momento, la del Gobierno es una imagen nerviosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_