Los partidos italianos miden sus fuerzas en unas elecciones municipales parciales

Aproximadamente un cuarto de los electores italianos fueron convocados ayer domingo y hoy lunes a votar en las elecciones administrativas en 10 provincias, 27 capitales y 967 ayuntamientos. La preferencia que demostrarán en las urnas los 12,5 millones de italianos convocados es considerada como la mayor prueba política desde que en Italia ganó la coalición de centroderecha encabezada por el primer ministro, Silvio Berlusconi, el 13 de mayo de 2001.

Si bien las elecciones no se disputan mayoritariamente en las grandes ciudades, el elevado número de votantes permitirá constatar si en el periodo del actual Gobierno las propuestas del Ejecutivo como la modificación de la estabilidad laboral y las manifestaciones callejeras y encendidas polémicas subsiguientes han roto o menos la luna de miel del Gobierno de Berlusconi. De todos modos, algunas ciudades como Génova, Verona, Ancona, Parma y Reggio Calabria serán claves para analizar la tendencia electoral, mientras será más difícil poder interpretar el voto en las ciudades y ayuntamientos más pequeños.

El caso de Génova

En Génova, el alcalde saliente, Giuseppe Pericú, del centroizquierda, es criticado por la oposición política por haber elegido como candidato en el Consejo Comunal al padre de Carlo Giuliani, el joven muerto en un enfrentamiento con la policía durante el G-8 y por 'ser un colaborador de los antiglobalización'. Juega a su favor, en cambio, que el centroderecha se encuentra dividido, pues ha presentado a dos candidatos, Rinaldo Magnaghi (ex alcalde del PSI), sostenido por el Polo de la Libertad, y Sergio Castellaneta, apoyado por la Liga Norte de Humberto Bossi. El centroderecha está dividido también en Verona, fenómeno que se repite en Treviso, donde la Liga Norte corre por su cuenta, desafiando a Forza Italia por la supremacía. Otro lugar donde será interesante analizar la tendencia electoral será Parma, bastión de la izquierda durante décadas.

Al mediodía de ayer, había votado el 13% de los electores y aún queda el lunes para poder hacerlo, un día que había sido suspendido en los últimos años. La particiapación era en ese momento relativamente superior que en las últimas administrativas, en las que se votó sólo en domingo y a esa hora la participación era del 11,9%.