Musharraf busca apoyos en casa
Presionado tanto por amigos como por enemigos extranjeros, el líder militar de Pakistán, Pervez Musharraf, trata ahora de conseguir el apoyo de los principales partidos de oposición locales en la crisis que le enfrenta a la vecina India. Hoy, el presidente-general tiene previsto dirigirse a la nación para explicar 'la situación en la frontera' con ese rival nuclear y los pasos dados por Islamabad.
Musharraf ha pedido al ministro de Información, Nisar Memon, que trate de convencer a los partidos opositores, incluidos el de los exiliados ex primeros ministros Benazir Bhutto y Nawaz Sharif, para que acepten una reunión con él, según informaron ayer los medios de comunicación locales. Tanto el principal grupo político del país -los 15 partidos de la Alianza para la Reatauración de la Democracia (ARD) que incluye al Partido Popular de Pakistán (PPP) de Bhutto y a la Liga Musulmana de Pakistán (PML) de Sharif- como la coalición de partidos islamistas boicoteraon la reunión que Musharraf mantuvo con varios dirigentes políticos la semana pasada para consultarles cómo afrontar la disputa con India.
Ambos bloques insisten en que no se reunirán con el presidente a menos que Musharraf, que dio un golpe de Estado en 1999, incluya en la agenda la entrega del poder a un Gobierno provisional neutral que supervise la celebración de elecciones parlamentarias antes del próximo 12 de octubre. Para esa fecha, el presidente ha prometido la convocatoria de unos comicios en los que no está prevista la participación de los partidos tradicionales.
Giro tras el referéndum
De acuerdo con la agencia oficial de prensa APP, Musharraf trata de 'ganarse la confianza [de esos partidos] sobre la situación que afronta Pakistán a raíz de la beligerancia de India'. El giro parece un giro en su postura anterior al controvertido referéndum del pasado 30 de abril. Antes de esa consulta, para extender su mandato durante cinco años, Musharraf había prometido trazar una línea de separación duradera entre los simpatizantes y los opositores a sus políticas.
La crisis militar de Pakistán con India sobre la región de Cachemira, que ambos países se disputan desde 1947, ha encendido no sólo temores de guerra sino que compromete los compromisos de Musharraf con la campaña militar de EE UU en Afganistán. La alianza de Islamabad con la coalición antiterrorista que encabeza Washington parece de escasa ayuda en las actuales circunstanicas. El presidente norteamericano, George W. Bush, instó ayer a Pakistán para hacer más para frenar las preocupaciones indias.
Pakistán ha anunciado el inicio de la retirada de unos 4.000 soldados que realizan misiones de mantenimiento de la paz para la ONU en Sierra Leona para que se unan a la defensa de la frontera con India. Además, si la situación se deteriora, puede considerar el traslado de miles de tropas que ahora están desplegadas en la frontera con Afganistán para ayudar en la captura de talibanes y fugitivos de Al Qaeda.
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