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Reportaje:

Los otros peajes de La Caixa

La caja catalana se hace en 15 días con el dominio de los mercados nacionales de autopistas de pago y de gas natural

La fusión por absorción de Áurea por Acesa, y la contraopa lanzada por esta última sobre Iberpistas, otorgará a La Caixa el dominio de un grupo que va a controlar el 69% de la red de autopistas españolas y que va a ser el tercero de Europa. La ofensiva empresarial de la caja catalana, que la semana pasada desplazó a Repsol-YPF como mayor accionista de Gas Natural, está favorecida por los quebrantos que Argentina está produciendo en las cuentas de los mayores bancos y grupos españoles. La inmediata felicitación de Jordi Pujol a La Caixa revela también la trascendencia política de estas operaciones.

La crisis argentina favorece la expansión empresarial de la caja catalana y refuerza en el desempeño de sus cargos al actual equipo gestor
Florentino Pérez, que hace unas semanas incorporó a Miquel Roca al consejo de Dragados, ha facilitado la absorción de Áurea por Acesa

La guerra de las autopistas, que enfrentaba desde marzo a Áurea, controlada por Dragados, y a Acesa, controlada por La Caixa, por la adquisición de Iberpistas se cerró el lunes con un sorprendente desenlace: la fusión de ambas en torno a la concesionaria catalana y una subsiguiente contraopa consensuada de ésta sobre Iberpistas. En definitiva, el inesperado parto de un gigante europeo (véase el cuadro adjunto) y de un grupo que por capitalización puede estar entre los 10 mayores del Ibex 35.

La concentración, que desde el punto de vista económico tiene sentido según los analistas, puede dejar en manos de La Caixa casi las tres cuartas partes de las autopistas españolas por lo que precisa del visto bueno de las autoridades de la competencia.

Cautelas del Ejecutivo

Las compañías implicadas y los analistas entienden que dadas las peculiaridades de explotación de estas infraestructuras no debería haber problemas para su autorización. El secretario general de Política Económica y Defensa de la Competencia, Luis de Guindos, se ha apresurado a matizar, sin embargo, que esta concentración más que a la competencia en la explotación de autopistas afecta al mercado de licitación de infraestructuras.

Cautelas del Ejecutivo ante una operación que no todos en el Gobierno y en el PP ven con buenos ojos. Tras varios años de situar al frente de los grandes grupos industriales privatizados y de buena parte de los mayores grupos financieros a personas afines, el PP se ha visto sorprendido en los últimos 15 días por la asunción de las riendas en Gas Natural y en las autopistas por parte de La Caixa. Contraofensiva que coincide con el proyecto del Gobierno de limitar la edad de los consejeros de las cajas, con un tope que obligaría a dejar su cargo al presidente de La Caixa, Josep Vilarasau, y con la disputa entre Barcelona y Madrid por hacerse con las sedes de las mayores empresas.

Al margen de estas consideraciones, la operación ha sido posible por la salida del SCH de Dragados, como ha reconocido el presidente de Acesa y director general de La Caixa, Isidre Fainé. El banco cántabro, urgido por la necesidad de hacer caja para compensar los daños argentinos en sus cuentas, vendió su paquete de control en la constructora a ACS por 900 millones de euros el 18 de abril.

Florentino Pérez, el presidente de ACS, que había colocado ya como consejero de Dragados a Miquel Roca, ex portavoz de Convergència i Unió y asesor del grupo La Caixa, cerró los flecos de este acuerdo el fin de semana pasado aprovechando su desplazamiento a Barcelona para asistir al sepelio del futbolista Kubala. Desde su doble condición de presidente de la constructora y del Real Madrid, Pérez mantiene vínculos de amistad y colaboración con directivos de La Caixa. Su constructora y la caja han compartido diversos e importantes proyectos, la entidad financiera prestó ayuda a ACS para la compra de Dragados, y además varios directivos de La Caixa son al tiempo directivos del CF Barcelona, como es el caso de Salvador Alemany, director general de Acesa. Este marco de buenas relaciones facilitó que se casaran en un acuerdo los deseos de Acesa de conservar y acrecentar su liderazgo en el sector de las autopistas y los de Florentino Pérez de reducir la exposición de Áurea a Latinoamérica, lograr el respaldo de una entidad financiera de primer orden a su concesionaria y rebajar al tiempo el actual nivel de endeudamiento de su constructora.

Los analistas y los mercados, aunque han señalado el descuento inicial que suponía el canje propuesto para los accionistas de Áurea y el sobreprecio pagado por Iberpistas, han valorado en general positivamente el acuerdo de fusión. Un acuerdo que va a dejar solo al margen, en Bolsa, a Europistas, la concesionaria participada en un 32,5% por Ferrovial. Esta constructora, sin embargo, a través de su filial Cintra y de otras concesionarias continúa siendo uno de los líderes mundiales en gestión de infraestructuras y no se ha visto sustancialmente afectada por la fusión de sus competidores nacionales. Los analistas, además, tienen dudas sobre la voluntad de permanencia del nuevo Dragados en el grupo que surge de la fusión de Acesa y Áurea.

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