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Unas 10.000 personas se manifiestan en Palma contra el Plan Hidrológico

La Comisión Europea reclama explicaciones a Matas sobre el PHN

'Es una cosa de sentido común'. Manolo Tomàs, portavoz de la Plataforma Antitrasvase del Ebro, explicaba ayer en el corazón de Palma sus razones por haber acudido con casi 2.000 compañeros catalanes y aragoneses a la isla de Mallorca, a manifestarse junto con miles de personas -entre 8.000 y 15.000, según las fuentes- contra el Plan Hidrológico Nacional (PHN), obra del ministro de Medio Ambiente, el mallorquín Jaume Matas. Las causas múltiples de oposición al plan generaron simpatía entre la izquierda y los ecologistas isleños, cuyos colectivos multiplicaron la densidad de la marcha callejera.

La larga y festiva manifestación, de más de cuatro horas, resultó una de las más importantes de las celebradas en Palma en los últimos años y se desarrolló sin incidentes, con vigilancia policial permanente desde el aire y dotaciones en furgones en espera.

El acto de protesta popular se desarrolló horas después de que el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, culminase un pequeño gran éxito personal: presidir en nombre de la UE la reunión de todos los ministros de su área en su tierra de Mallorca, donde lidera al PP.

Otro Matas es imposible y Matas, nos matas, rezaban las pancartas irónicas de la manifestación, que sumó decenas de causas insulares, peninsulares y universales. Desde la defensa de los pinos de la plaza de la Porta de Santa Catalina de Palma hasta la preocupación por el cambio climático, hubo proclamas contra el cemento, contra las autopistas y de mujeres de negro por la paz. Se vio a casi todos los cargos y militantes de Els Verds de Mallorca, cada uno con una bandera (entre ellos la mallorquina Imma Mayol, teniente de alcalde de Barcelona, y el líder de ICV Joan Saura).

Varios millonarios solidarios y alternativos, abogados progresistas con corbata y muchos peninsulares recién llegados y tostados por el sol pudieron verse entre la ordenada multitud. La protesta unió a anarquistas, nacionalistas, independientes y ácratas, estudiantes en lucha, niños escoltas, sindicatos de clases y profesionales de la enseñanza. Gaspar Llamazares, de IU, acudió a la cita con su consejero de Trabajo, Eberhard Grosske. El consejero de Agricultura, Mateu Morro, del PSM, iba con un megáfono; Margalida Rosselló, de Medio Ambiente, tras la pancarta, y los socialistas del PSOE, dispersos y cerca de sus colegas de Zaragoza.

'Aquí están, éstos son los cojones de Aragón', se oía clamar en la zona de la Chunta. El relumbrón de la cumbre se lo empañó a Matas la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström, quien comunicó al final que la Comisión Europea ha pedido por carta al Gobierno español más información -'preguntas adicionales' y 'respuestas complementarias', dijo- sobre el Plan Hidrológico Nacional (PHN), por 'su gran escala y el gran interrogante de las transferencias de agua que prevé'.

Al puerto de Palma llegó a mediodía un buque Tubocat fletado por la plataforma de las tierras del Ebro con 400 ciudadanos movilizados, que pagaron un euro por la ecotasa, simbólico y alternativo, toda vez que ellos no ocuparon hotel ni pernoctaron en las islas. Su viaje fue de ida y vuelta el mismo día.

La ministro de Medio Ambiente de Bélgica y el de la República Federal de Alemania -ambos ecologistas- se pronunciaron a favor de la ecotasa -otro disgusto para Matas, que está en contra-, y también la comisaria Margot Wallström. Los dos ministros verdes acudieron a solidarizarse con los manifestantes, como hizo también José Maria Mendiluce, eurodiputado electo por el PSOE que se ha adscrito a Los Verdes y encabezará su lista por Madrid. Este político atacó a Matas y por 'la desfachatez' de un periplo 'de tres días y tres horas de reuniones'.

Wallström desveló el requerimiento de la UE a Matas por el PHN al ser interrogada sobre si estaba a favor de conceder a España fondos estructurales para financiar el plan. Poco minutos antes, en la misma rueda de prensa, Matas había dicho que la cuestión del PHN no había sido tratada en la reunión monográfica de ministros de Medio Ambiente para emprender una nueva política de protección del suelo en Europa.

Tras la explicación pública de la comisaria, el ministro español dijo que no tiene constancia de su carta y consideró 'normal' que se solicite más información sobre una iniciativa de tanta envergadura. 'Aquí en la cumbre de Mallorca hemos lanzado una nueva política medioambiental de la UE', indicó Matas. 'Hemos puesto la semilla para una futura directiva comunitaria'.

Menú de ministro

Los manifestantes tomaron el sol en la calle y se marcharon con ensaimadas bajo el brazo. Matas ubicó a sus colegas ministros en el hotel con más impacto visual de la bahía de Palma, el Valparaíso, de la familia amiga Ramis, en una cima. Embarcó a los gobernantes en tres autobuses en una caravana de 16 coches oficiales y los llevó a almorzar a uno de los restaurantes más lujosos: El Olivo de Deià, que era de Richard Branson y Virgin y ahora es de Orient Express. Luego hicieron turismo por Valldemossa, bajo el influjo de Chopin, y después, cena en casa rural. La foto dominical prevista en la Fundación Miró, los estudios de Sert y el museo de Rafael Moneo se cambió de emplazamiento: el arte actual por las escalinatas, presididas por la Cruz de los Caídos, entre la catedral y la Almudaina. Un viaje en barco y una excursión marítima al parque nacional de Cabrera quedaron descartados. No se sabe por qué.

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