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Crónica:ESCENARIOS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Entre Frankenstein y las 'drag queens'

El Teatro Barakaldo ha programado este fin de semana un musical y una zarzuela. El primero, The rocky horror show, se pone hoy en escena con 14 actores y cantantes y cinco músicos, estadounidenses y británicos, del London Musical Theatre. Bajo la dirección de Christopher Malcolm, el montaje revive a lo largo de tres horas la peculiar versión que del mito de Frankenstein hizo Richard O'Brien en 1973, mezclando el terror gótico con transformistas, profesores especializados en ahuyentar extraterrestres, fantasmas y romances.

El texto de O'Brien se convirtió en uno de los clásicos del cine musical contemporáneo en su adaptación cinematográfica, titulada The rocky horror picture show. El director de comunicación del coliseo vizcaíno presenta como 'el musical de culto por excelencia' esta 'peculiar visión de la historia de Frankenstein poblada por drag queens y otros personajes del rock, el glam y demás tribus'.

Ya el domingo, el Teatro Barakaldo cerrará sus décimos Encuentros de Zarzuela con La calesera, del granadino Francisco Alonso. El Coro Lírico de Madrid, el Ballet Magia Española y la Orquesta Lírica Zarzuela 2002 unen sus esfuerzos en esta obra, ambientada en el Madrid de 1812, que mezcla amoríos y conspiraciones revolucionarias de los liberales. Las sopranos Guadalupe Sánchez (Maravillas) y Carmen Parejo (Elena), el barítono Vicente Lacárcel (Rafael Sanabria) y el tenor Enrique del Portal (Calatrava) prestan su voz a los personajes principales que recoge el libreto de González del Castillo y Martínez Román. De la dirección musical se encarga José Antonio Irastorza y de la escénica, Antonio Ramallo.

Esta noche, el grupo Demolition Doll Rods presenta All the stars, su tercer larga duración, en la sala Azkena de Bilbao. El trío de Detroit ha grabado en él 13 muestras de rock and roll primitivo y entroncado con el punk por su carácter básico y, en ocasiones, ruidoso. Los programadores del concierto aluden a Jon Spencer, Pussy Galore, Ramones, Cramps, Royal Trux y Courtney Love para buscar referencias y similitudes con la música de Demolition Doll Rods.

El Azkena bilbaíno también acoge mañana la actuación de The Yayhoos, nuevo grupo de Dan Baird, antiguo líder de los rocanroleros Georgia Satellites.

Himno del West Ham

Los seguidores de la música punki serán quienes más agradezcan la visita de Cockney Rejects, que hoy actúan en Bergara junto a Segismundo Toxicómano. De hecho el quinteto es, junto a colegas como Sham 69 o Angelic Upstarts, uno de los más destacados exponentes de la segunda oleada punk. Pero este alineamineto no ha impedido al grupo ser autor del himno del West Ham United, equipo inglés de fútbol. El origen del quinteto se remonta a 1980 y se localiza en el East End londinense, aunque entre 1985 y 1990 permaneció inactivo.

La colonia de músicos argentinos afincados en España se amplió hace cuatro meses con el establecimiento en Madrid de Coti. Hasta hace poco se conocía su labor como compositor y productor, pero se ha estrenado como intérprete con la edición de un disco de pop rock. En el Kandela Café Cantante podrá escucharse esta noche a un artista que se declara admirador de 'gente como Sabina, Serrat, Bob Dylan, Tom Petty o Andrés Calamaro', por el cuidado que pone en la elaboración de los textos de sus canciones y por su capacidad para 'decir cosas poéticamente'.

En el apartado de artistas españoles cuyas giras recalan en Euskadi destaca Ismael Serrano, aunque sólo sea porque ofrece cuatro recitales hasta el próximo lunes. Lasarte, Vitoria y Bilbao, por dos veces, son las localidades que acogerán las presentaciones en vivo de La traición de Wendy, un disco en el que el cantautor anima a 'seguir persiguiendo la utopía', y en el que asegura haber reservado un espacio para la sorpresa. 'Sigo fiel a la esencia de lo que he sido en mis anteriores trabajos, a la canción de autor que atiende a la voz y la palabra, pero he tratado de poner lo que he aprendido musical y personalmente', afirma Serrano.

'Musicalmente, hay referencias que hasta ahora no había sabido plasmar en mi música, que van desde el jazz a Sting, desde la música africana del Mediterráneo a Brasil. A nivel personal hablo de los viajes que he hecho. El disco tiene una mirada global que va desde el metro de Madrid a la ciudad de Buenos Aires, de la ciudad de El Cairo a las dunas del Sahara', explica.

El cantautor madrileño tiene opiniones formadas y combativas sobre la globalización ('debe ser más razonable, no tan despiadada y cruel'); la política ('en el amor puedo permitir que me traten como un idiota, en política nunca'); la situación argentina ('es la crónica de una muerte anunciada'); el aumento de la criminalidad en España ('es un arma demagógica que provoca cosas como las que han pasado en Francia'), y la piratería ('no existe una cultura musical que nos haga sentir la música como un artículo de primera necesidad'). Ese punto de compromiso, ese 'creer que se puede repartir la felicidad y la riqueza de otra forma', aflora en su repertorio. A unos atrae, y a otros retrae.

Otro que no despierta simpatías generalizadas es Enrique Bunbury. Sin embargo, quien fuera cantante de Héroes del Silencio se está redimiendo de la imagen de pretencioso rockero de postín que le acompaña desde finales de los años ochenta. Lo está logrando con discos como Flamingos, en el que parece más preocupado por hacer buenas canciones que por posar. Sus canciones sonarán mañana en la sala Azkena de Vitoria. 'Es un collage sonoro, una mesa con cuatro patas: una está en Latinoamérica, otra en la electrónica, otra en el rock and roll y otra podría ser simplemente yo, mi forma de ver las cosas', ha manifestado Bunbury sobre un álbum en el que ha volcado su 'pasión por la música y por utilizar diferentes elementos, sustancias y esencias'.

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