'Estamos mejor que nunca'
Raúl elude su roce con Lorenzana y vuelca su optimismo
Más diplomático que nunca, Raúl, el líder de la selección española, evitó ayer agitar la polémica suscitada entre Carlos Lorenzana, el preparador físico, y Hierro y él. El altercado del domingo, en Jerez, cuando Raúl hizo un desplante al ayudante de José Antonio Camacho y aquél le exigió más respeto, 'fue insignificante', afirmó ayer el madridista, aparentemente convencido de que al hecho se le ha dado 'excesiva magnitud'. Una dimensión, sin embargo, que le fue otorgada por el propio Lorenzana, quien presentó a Camacho su dimisión, no aceptada. 'Tengo la suerte de llevar cuatro años trabajando con él y el asunto está zanjado. Estamos aquí para trabajar y que la selección llegue lo más alto', concluyó Raúl.
A Raúl se le ve más confiado que nunca. En su papel de caudillo, se ha tomado al pie de la letra la proclama del seleccionador: 'Ha llegado la hora de que tire del carro'. El jugador se siente en mejor estado físico que en anteriores torneos y esta vez se ha ocupado de todos los detalles. Por ejemplo, de la escolta de su fisioterapeuta particular, Pedro Chueca, que, al igual que su colega del Valencia, Juan Ángel Ballesteros, forma parte de la expedición oficial. Hasta ahora, además de los fisios de la Federación, era Lorenzana el que se encargaba de esta parcela.
A la espera del debú, frente a Eslovenia, el 2 de junio -'un partido fundamental, pero con el que no debemos obsesionarnos'-, Raúl aseguró que tanto el conjunto como él mismo están 'mejor que nunca'. 'Noto al equipo mucho más metido que en ocasiones anteriores y yo he llegado mejor que otras veces', apuntó. Desde su incorporación en Jerez, el sábado, ha tenido buenas vibraciones: 'Los que estamos ahora en la selección tenemos también gran responsabilidad en nuestros clubes mientras que antes teníamos menos y sufríamos mucho. Por eso estos días veo que tenemos un gran cuadro y ello me da mucha confianza'.
Raúl se mostró tan optimista que incluso ensalzó uno a uno a los delanteros y apostilló con rotundidad que el centro del campo de España 'es de los mejores que ha tenido últimamente'.
Con tres Copas de Europa en su mochila, la otra carrera internacional de Raúl ha estado marcada por las frustraciones: de batacazo en batacazo desde su derrota en la final del Europeo sub-21 de Barcelona, pasando por los patinazos en los Juegos de Atlanta 96, el Mundial de Francia 98 y la Eurocopa de 2000. 'Seguro que esta vez volveremos con la cabeza muy alta porque tenemos hambre de ganar', sostiene ahora. Lanzado en la sala de espera, terminó por advertir de que las semifinales no son su techo, 'sino llegar a la final y ganarla'.
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