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Bloom destaca la conexión judía de Espriu al recoger el Premi Catalunya

Jordi Pujol agradece al crítico su interés por la cultura catalana

El crítico norteamericano Harold Bloom recibió anoche, en un acto solemne en el Palau de la Generalitat, el Premi Internacional Catalunya, dotado con 80.000 euros. Bloom leyó un texto sobre el futuro de la imaginación y repasó sus autores favoritos de la literatura catalana, con especial atención al poeta Salvador Espriu, del que destacó sus conexiones con la cultura judía.

En su discurso, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, tuvo un inoportuno lapsus linguae al comentar que el judío cabalista Nahmánides había fundado 'una mezquita'. Pujol, con el subconsciente probablemente traicionado por la actualidad de Premià, se apresuró a corregir 'mezquita' por 'sinagoga' entre las sonrisas del público.

El escritor Baltasar Pòrcel inició el acto con un elogio de Harold Bloom, profesor de Literatura en la Universidad de Yale, como crítico comprometido con la cultura actual. Tras la entrega del premio, el crítico leyó unas eruditas palabras sobre el futuro de la imaginación literaria, con citas de autores como Shakespeare, Flaubert, Thomas Mann, Joyce, Beckett, García Márquez, Saramago y otros nombres ilustres. No faltaron en el discurso sus repetidos ataques a la llamada Escuela del Resentimiento, a la que acusa de boicotear desde las universidades anglosajonas el estudio de la auténtica literatura.

Bloom habló de varios autores catalanes, entre ellos de Ramon Llull, Salvador Espriu, Joan Perucho, J. V. Foix y Mercè Rodoresa. Llull y Espriu, por su conexión con la cultura judía, fueron los que se llevaron sus mayores elogios, en especial Espriu. Fue emocionante la mención a Perucho, ya que éste, que se encuentra enfermo, asistió al acto por deseo de Bloom.

El presidente Pujol cerró el acto en un discurso en el que, tras agradecer a Bloom su interés por la cultura catalana, hizo un resumen apresurado de la historia de Cataluña en el que destacó la importancia de la lengua y de la cultura para el nacionalismo catalán. 'Hoy tenemos un país del que no podemos estar contentos del todo', manifestó. 'Yo soy el primero que me muestro crítico. Sin embargo, no puede negarse que de algún modo hemos conseguido salvar nuestra identidad, nuestra manera de ser, nuestra lengua, nuestra cultura'. A continuación, puso en apuros al traductor al inglés cuando explicó que los catalanes 'hem posat moltes figues en el paner de la llengua'.

Terminó Pujol haciendo un paralelismo entre el pueblo catalán y el judío, subrayando que ambos pueblos forjaron su identidad a través de las dificultades y la tenacidad, y manifestando la necesidad de abrirse al mundo. Bloom, con pose de emperador romano, parecía complacido con las palabras del presidente. Lástima que al subconsciente de Pujol se le ocurriera relacionar a Nahmánides con una inoportuna mezquita.

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