_
_
_
_
_

El reto de hacer desaparecer las cicatrices patológicas

La corticoterapia es la mejor opción terapéutica, según la cirujana plástica Alicia García Olbés

Unos dos mil pacientes tratados durante más de 30 años avalan la experiencia de Alicia García Olbés, médica adjunta del servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del hospital Doce de Octubre de Madrid, como una de las especialistas de mayor casuística en la corticoterapia de la cicatriz hipertrófica (de gran tamaño) y el queloide (tumor benigno que crece a partir de una cicatriz). La cirujana destaca que la aparición de estas complicaciones, que pueden ser dolorosas, se debe a ciertos factores como los genéticos, la edad o el tipo de sutura.

El tratamiento consiste en la aplicación de un corticoide mediante una jeringuilla sin aguja y la compresión con vendajes o apósitos en la zona dañada.'La terapia se divide en dos partes de igual importancia. La primera se basa en hacer infiltraciones de un corticoide, triamcinolona acetónido, con una especie de jeringa que por un mecanismo de presión eyecta un haz de líquido fino y potente que atraviesa la piel sin necesidad de aguja. A continuación, se aplican en la zona apósitos o vendajes compresivos que se mantienen durante semanas o meses hasta el fin del tratamiento. La importancia de la compresión radica en que el queloide sólo crece hacia fuera de la cicatriz, por lo que si no tiene espacio no puede expandirse', explica García Olbés.

Un queloide está curado cuando está plano, blanco, blando y elástico
La mejor cicatriz es la que se hace con una sutura intradérmica o con pegamento cutáneo

Según esta especialista, que ya empezó a practicar la técnica en el hospital de La Paz de Madrid en 1970 y la perfeccionó en distintos hospitales de Holanda, donde residió durante dos años y medio, la duración del tratamiento varía dependiendo de las características del queloide. 'Al principio, el tratamiento se realiza semanalmente hasta que se consigue el aplanamiento de la cicatriz, luego se va espaciando hasta comprobar que está blanca, proceso que puede oscilar entre los cuatro meses y los tres años, aunque en algunas ocasiones se prolonga durante más tiempo', explica.

El queloide puede volver a reactivarse cuando todavía presenta un aspecto enrojecido y, sobre todo, en aquellos periodos en los que se producen cambios hormonales, durante el embarazo, la adolescencia y en primavera, o también cuando se aumenta de peso. Un queloide está curado cuando está plano, blanco, blando y elástico.

'Todos los cirujanos plásticos conocen este tratamiento, que se puede practicar en cualquier hospital con unidad o servicio de cirugía plástica, pero en realidad sólo lo administramos unos pocos. En algunos centros se aplica menos porque, en vez de utilizar la jeringa a presión, se usa con aguja, que causa más daño y los pacientes no lo llevan bien. Hay que ser constante y tener mucha paciencia, ya que, a pesar de ser una técnica antigua, sus resultados no han sido superados por ningún otro método', explica.

En los últimos años, se están empleando otros tratamientos como la aplicación de láminas de silicona de forma preventiva, para que no aparezca queloide, o combinada con corticoterapia y láser He-Ne (Helio-Neón).

'La cicatrización es un proceso biológico que se produce mediante la formación de fibras de colágeno. Cuando surge algún factor que interfiere en el desarrollo de este proceso aparece una cicatrización patológica o queloide, que se caracteriza por que tiene volumen, es una piel dura que impide la movilidad, puede producir dolor y picor y aparece más en jóvenes que en mayores, además de romper el aspecto estético', dice García Olbés.

Existen una serie de factores y circunstancias que favorecen los problemas de cicatrización, entre ellos, el genético. Hay unos genes encargados de producir tejido fibroso y otros encargados de interrumpirlo. Asimismo, hay personas que tienen un aumento de los genes productores de colágeno y otras que carecen o tienen una disminución de los genes interruptores.

'En mis investigaciones desarrolladas a lo largo de más de 12 años, en más de 300 pacientes y realizadas con la colaboración del departamento de Inmunología del hospital Doce de Octubre, he identificado los genes involucrados en estos procesos y cómo actúan en la cicatrización patológica. Así, en las personas que presentan queloide y cuya anomalía reside en el aumento de la producción de colágeno aparecen aumentados y asociados entre sí con mayor frecuencia los genes CW4, B35 y B51', afirma García Olbés.

A juicio de esta experta, cuando el trastorno reside en el mecanismo interruptor de la producción de colágeno hay menor presencia de los genes CW7, DR3 y DR7. También hemos observado que en las personas que no hacen queloides existe una mayor presencia de los genes B18, A1, B55 y B61; luego, esos genes frenan la producción del colágeno. Por otra parte, los genes DR8 y DR13 aparecen aumentados en los casos de acné con queloide y el gen B14 debe estar implicado en la formación de alguna de las cadenas de colágeno, porque disminuye o está ausente en las personas con buena cicatrización y en la etnia gitana, que tampoco presenta queloide'.

Según esta cirujana, sus estudios le han permitido analizar las alteraciones que se producen en la célula antes y después del tratamiento: 'Mediante la utilización del microscopio electrónico y realizando biopsias en la cicatriz se pudo observar cómo, antes de aplicar la terapia, el retículo endoplásmico rugoso (RER), que es una especie de tubo que está dentro de la célula que produce el cólageno, está muy engrosado por la profusión y aumento de los ribosomas, que son corpúsculos que producen la proteína del colágeno por actuación de los genes. Después del tratamiento, cuando la cicatriz está en reposo, el RER casi ha desaparecido, no hay ribosomas y, por tanto, no hay formación de colágeno'.

La edad, los cambios hormonales, la tensión de la piel, el retraso de la curación de la cicatriz, el tipo de sutura utilizado en la operación o el lugar donde están ubicadas las cicatrices favorecen la aparición del queloide. 'La mejor cicatriz es la que se hace con una sutura intradérmica, que no se ve por fuera, o con pegamentos cutáneos, en los que no hay que quitar hilos ni grapas. El hilo de seda produce más cicatrices hipertróficas que las grapas', concluye la cirujana.

Los problemas de cicatrización suelen aparecer más en los adolescentes que en los mayores debido a que en los primeros existe una gran actividad hormonal y además la piel está más tersa. El queloide producido por una operación quirúrgica, quemaduras, cortes, agujeros de las orejas o por el acné son algunas de las causas principales de los problemas de cicatrización en los jóvenes.

'En los adolescentes con acné, el queloide se desarrolla en la zona donde surge la foliculitis y se forman unos granos grandes que, a veces, son dolorosos. El acné aparece en la cara pero también en la zona pretorácica y en la parte superior de la espalda. Es engorroso porque son muchos y se deben infiltrar varias veces. Luego hay que poner un chaleco compresivo durante un tiempo', dice García Olbés.

El inconveniente de estos jóvenes que desarrollan acné con queloide radica en que no se les puede aplicar corticoterapia hasta que el acné esté en reposo porque, según la experta, 'si se les administra esta terapia mientras existe infección, ésta se podría diseminar'. En este periodo, el tratamiento depende del dermatólogo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_