El corredor huye del ciudadano-coche
El señor Guelbenzu, en su artículo-proclama del 06-05-2002, en EL PAÍS, pregunta lo siguiente: ¿por qué corres, ciudadano?, ¿por exhibicionismo?, ¿para desfogarse?, ¿para sentirse dueño de la ciudad?
Pues no, señor Guelbenzu, no, el corredor de fondo corre desesperadamente para huir del ciudadano-coche, del ciudadano zafio e incívico, del ciudadano desdichado e infeliz al que usted representa en su artículo.
Y, cuando parece que estemos desvalidos o presentemos un estado lastimoso, no es lo que parece.
Lo que ocurre es que no podemos ocultar nuestro pesar al presentir que por más que corramos nunca estaremos lo bastante lejos -y usted mismo se lo dice- de los resentidos, de la gente antisocial y los pobres de espíritu como usted.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.