¿Subnormales profundos?
Hace unos días saltaron a los medios de comunicación con inusual fuerza unas noticias harto desagradables que hacían referencia a diversos episodios de violencia relacionados con el fútbol.
Tuvieron especial repercusión porque ocurrieron en la misma jornada y en diferentes ciudades. No sólo en los propios campos, sino incluso en zonas cercanas a los estadios. Para vergüenza de todos, no sólo tomaron parte en los desmanes los 'aficionados' más radicales, como suele ser habitual, sino que decidieron darse el gustazo hasta los propios jugadores, quizá empujados por el acaloramiento del momento.
Pero lo que realmente me llamó más la atención fueron las declaraciones de un directivo de uno de los equipos implicados, que calificó a las personas que habían provocado los tumultos como 'subnormales profundos', dicho esto, además, con mucho énfasis, por si había alguna duda de lo que había querido decir.
Naturalmente, creo que sería más adecuado llamarles energúmenos, intolerantes, vándalos, incívicos o cualquier otro epíteto similar, pero nunca el término empleado. Flaco favor les hace a las personas con una gran discapacidad, que tengan realmente un alto porcentaje de minusvalía psíquica, a los que hace unos años se les llamaba subnormales profundos. El hecho de que lo haya dicho una persona con un cargo público tampoco tiene excesiva importancia, porque ya estamos acostumbrados a que no sean especialmente exquisitos en sus declaraciones.
Me motiva a escribir estas líneas el malestar que me produce el hecho de que mucha gente utilice el término de subnormal, en sentido peyorativo, para definir el comportamiento de personas que no tienen nada que ver con minusválidos psíquicos. Por supuesto, los más afectados por estos comentarios somos los familiares, amigos, educadores o cuidadores de minusválidos psíquicos. Pero, si con este escrito consigo que alguien se lo piense dos veces antes de llamar subnormal a quien cometa actos repudiables, o simplemente como insulto, me doy especialmente por satisfecho. Y de paso, si se consigue erradicar, por medios lícitos, la violencia del mundo del fútbol, pues mucho mejor.
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