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Reportaje:REPORTAJE

¿Es Madrid una ciudad insegura?

La 'grave inseguridad' que existe en Madrid es 'insoportable', denuncia Trinidad Jiménez, candidata socialista a la alcaldía madrileña. 'La situación empieza a ser intolerable para la ciudadanía, que está viviendo situaciones de inseguridad tremendas', remacha su compañero Rafael Simancas, aspirante a relevar del Gobierno regional a Alberto Ruiz-Gallardón, del PP. Y éste también admite 'que la inseguridad es hoy la mayor preocupación ciudadana'. ¿Es Madrid una ciudad peligrosa que justifique tal alarma social?

En lo que va de año, 21 personas han sido asesinadas en la Comunidad de Madrid (14 en la capital, y el resto, en otros municipios). Sin embargo, lo que ha convulsionado a los madrileños ha sido el hecho de que siete de las víctimas se hayan acumulado en los dos últimos fines de semana: en el primero, una pareja y su bebé fueron asesinados a tiros por un traficante de recetas médicas robadas; en el segundo, dos de las cuatro víctimas eran un padre y su hijo, abatidos por disparos en plena calle, en el distrito de Usera.

84 de cada 1.000 habitantes de la ciudad tuvieron que pasar por comisaría el año pasado, una tasa más alta que la media nacional (57,84 por 1.000)
Carteristas y descuideros han renacido de sus cenizas. La prueba son los 14.000 hurtos denunciados en 2001, lo que equivale a 38 cada día

Los homicidios son, sin duda, los delitos más graves y, lógicamente, los que generan mayor inquietud entre la población. 'Pero las calles de Madrid no se parecen para nada a las del Chicago de los años veinte. Aquí no se mata la gente a tiro limpio', asegura un jefe policial. Durante el año pasado, la región registró 96 asesinatos.

Lo que ha hecho saltar las alarmas, más que la cifra de crímenes, es el imparable aumento de otros hechos delictivos que, pese a su menor gravedad, ocasionan una notable sensación de inseguridad. Se trata de robos en comercios y joyerías, hurtos, sustracción de automóviles, atracos a punta de navaja, tirones de bolsos...

Aviso a internautas

Incluso el Departamento de Estado norteamericano llama la atención, a través de Internet, sobre el 'aumento de los delitos violentos' en las zonas más turísticas de España, y cita expresamente a Barcelona y Madrid. 'Los asaltos se producen a todas las horas del día y de la noche', en el centro histórico madrileño y junto al Museo del Prado, advierten las autoridades norteamericanas a sus compatriotas. 'Las agresiones han sido tan violentas que las víctimas han necesitado atención médica tras el ataque', agregan.

'Nuestra ciudad, de enero a marzo, ha sufrido un incremento del 15,6% en sus índices de criminalidad, más del doble de la media nacional, que ha experimentado un aumento del 6%', según denuncia el socialista Simancas. 'Eso supone 93.000 infracciones penales en los tres primeros meses del año, es decir, un promedio de más de 1.000 al día', remacha.

La capital madrileña y los 14 grandes municipios de la región, que suman más de 4.500.000 almas, han sufrido un imparable aumento de la criminalidad. El número de infracciones -bien delitos o bien faltas- conocidas en 2001 por la Dirección General de la Policía fue de 337.224. Eso representa una media de casi 1.000 hechos penales al día. Y esos sólo son los que ha conocido la policía porque los perjudicados han presentado denuncia. Pero, ¿y los no denunciados? Porque a nadie se le oculta que hay muchos hurtos, timos, tirones y atracos a punta de navaja que los perjudicados no ponen en conocimiento de las autoridades por creer que 'no sirve para nada'. Ese cúmulo de delitos no denunciados constituye la llamada cifra negra de la criminalidad.

Madrid capital registró el año pasado 251.000 infracciones de tipo penal, lo que supone que 84 de cada 1.000 habitantes de la ciudad fueron víctimas de algún hecho que les obligó a pasar por comisaría. Esta tasa es notablemente más alta que la media nacional (57,8 por cada 1.000 personas), según las estadísticas de la propia Dirección General de la Policía.

El robo con violencia o intimidación -eufemística denominación legal que en realidad es un atraco a punta de navaja o un tirón- es una de las modalidades que generan más inseguridad en Madrid. Y el año pasado se contabilizaron nada más y nada menos que 22.023 atracos a comercios o en la calle. O, dicho de otra forma, un promedio de 60 al día.

Otro hecho que produce un notable malestar ciudadano es el robo de coches: casi 27.000 en el año 2000, mientras que en 2001 se contabilizaron 3.000 más en Madrid y sus 14 grandes municipios. O, dicho de otra forma, más de 80 sustracciones al día.

A la vez, carteristas y descuideros han renacido de sus cenizas y estas especies, que ya parecían obsoletas, han cobrado nuevo auge. La prueba son los 14.000 hurtos denunciados el año pasado. O, dicho de otra forma, 38 cada día.

Los dueños de joyerías son algunos de los madrileños más cabreados. No en vano son el objetivo predilecto de las bandas organizadas que, a golpe de maza, rompen los escaparates de sus establecimientos y, tras desvalijarlos en un abrir y cerrar de ojos, huyen en potentes motos. Otros comerciantes -peleteros, dueños de perfumerías, concesionarios de auto-móviles- son víctimas de robos por el procedimiento del alunizaje (los cacos empotran un coche contra el escaparate y a continuación saquean el establecimiento). Unos 300 individuos practican estas modalidades, según un reciente informe de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

El Ministerio del Interior repite machaconamente que la escalada criminal que registra Madrid en los últimos meses es atribuible en buena parte a extranjeros. El informe policial asegura que 'en la Comunidad de Madrid se hallan fichados 5.003 delincuentes marroquíes y 2.808 argelinos, lo que supone un 7,6% del total de los actuantes'. Esto supone que en la región hay unos 105.000 delincuentes fichados, gran parte de los cuales vive de lo ajeno.

Entre los maleantes latinoamericanos asentados en Madrid, 'la colonia delictiva más importante es la de Colombia, con 4.629 individuos, seguida de la de Ecuador, con 3.052' fichados, según la Jefatura Superior de Policía. La llegada de estos delincuentes 'se ha producido en los dos últimos años, ya que su presencia anterior era insignificante', añade el estudio policial.

Interior resalta que los hampones extranjeros suelen actuar con pistolas y 'tratar a las víctimas sin ningún miramiento. Por ejemplo, 'no dudan en atar y amordazar a los ocupantes de una vivienda, incluyendo a los niños y a los ancianos, para poder moverse a su antojo por el inmueble'. Este tipo de asaltos provoca una gran alarma, sobre todo desde que el abogado Arturo Castillo López, de 47 años, murió degollado en junio pasado en su chalé de Pozuelo de Alarcón, supuestamente a manos del moldavo Pietro Arcan.

¿Qué hacer entonces? ¿Contratar seguridad privada, como sugirió el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, tras el asesinato del abogado Castillo? El PSOE acusó entonces al Gobierno de 'mirar para otro lado' ante la inseguridad ciudadana, a la vez que promueve el negocio de la seguridad privada. ¿Es la solución aumentar la plantilla policial? 'Sí, pero también hay que definir el modelo policial e implicar en la seguridad a los casi 6.000 agentes municipales', admite un mando de este cuerpo.

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