Cálidos aires nórdicos

Algo se está cociendo en los países nórdicos. El pasado 9 de marzo se presentaba en Pizza Express, uno de los locales más hip del Soho londinense, el último disco del Esbjörn Svensson trío, Strange place for snow (ACT/Karonte). Críticos procedentes de diversos países europeos y directores de los festivales de jazz continentales más importantes formaban el grueso de la audiencia. El despliegue de medios parecía más propio de un acontecimiento del pop o del rock, pero el protagonista era un pianista nacido en 1964 en Västeras, Suecia, sin ninguna relación visible con estas músicas. Una feliz rareza.

Sin embargo, Svensson no tiene nada de hallazgo fortuito surgido por generación espontánea. Su país posee una larga tradición jazzística que incluye músicos tan valiosos como poco conocidos (Lars Gullin, Jan Johansson, Bengt Hallberg, Arne Domnérus y Per Henrik Wallin, entre ellos). Eso explica que aunque escuchó en sus inicios a los grupos dominantes en el reino del rock y el pop, haya terminado por convertirse en un excelente pianista de jazz, cuyo anterior disco, Good morning Susie Soho despertó el interés generalizado.

Mientras da buena cuenta del desayuno en la mañana siguiente a la triunfal presentación de Strange place for snow, Svensson admite que no sabe dónde estriba la diferencia entre su último disco y los precedentes: 'En realidad todos forman parte de una misma obra; no puedo describir con exactitud el proceso que ha llevado al trío a encontrar un sonido propio. No intentamos sorprender a nadie. Sencillamente, nos sentimos bien con la música que hacemos y tocamos como nos gusta tocar. Quizá ahí resida el secreto', afirma. Descubrir ese pequeño misterio estará al alcance de los aficionados españoles en los conciertos del trío de Svensson en Madrid (sala Clamores, día 26), Barcelona (Luz de Gas, día 27) y Valencia (teatro Principal, día 28).

Sea por afortunada casualidad o por trabajo concienzudo, la verdad es que el trío sueco ha encontrado una vía de expresión central en la que confluyen diversas influencias con mullida frescura. Por supuesto, se perciben tenues aromas de rock y pop, pero el influjo de los tríos y cuartetos de Keith Jarrett es casi epidérmico y la música electrónica de tecnología punta hace algunas apariciones discretas pero estratégicas. No hay confusión en la mezcla: Svensson conoce la naturaleza de cada género y de los contornos que perfilan su carácter. 'Trabajo con ordenador y estoy muy metido en música electrónica', dice.

'Se pueden hacer cosas muy fascinantes con las máquinas, aunque en realidad creo que es muy difícil aprovechar todas las posibilidades que ofrecen. Desde luego, hay músicos excelentes, pero también hay mucha basura. Cuando he intentado trabajar en esta línea con el trío, he sentido que perdíamos la posibilidad de interactuar espontáneamente. Avanzar en ese aspecto es lo que más me interesa en este momento. Valoro mucho, por ejemplo, lo que está haciendo Bugge Wesseltoft a través de Jazzland . Me gusta y creo que es algo nuevo y grande. Ellos también pueden tocar juntos, pero de una manera muy distinta a como lo hacemos nosotros. Quizá lo intentemos en el futuro porque no estoy cerrado en absoluto a los sonidos eléctricos. Lo que sí tengo claro es que no quiero ritmos pregrabados'.

Es muy posible que Sven-

sson haya aprendido a solucionar dudas conceptuales gracias a las ventajas que proporciona ser músico europeo; desde esa posición privilegiada puede contemplar con una sola mirada tanto la tradición del folclor continental como el imponente aparato teórico de la música clásica. 'Me gusta en particular buscar mis raíces en la música folclórica, y no es raro que me inspire en esa variante de música clásica que se basa en lo popular. En Europa tenemos una larga experiencia en la unión de estas dos formas musicales. Creo que los jazzmen europeos actuales saben transmitir los resultados de esa enseñanza. Si miras dentro de su música, puedes escuchar lo que les diferencia de los americanos'.

Curiosamente, dos de los músicos que Svensson admira en especial son estadounidenses: 'Creo que Keith Jarrett es uno de los grandes genios del piano, aunque lo que más me gusta de él son sus composiciones; me parece demasiado bueno para describirle con palabras', comenta. 'Brad Mehldau es uno de mis pianistas actuales favoritos y uno de los mejores instrumentistas que he escuchado en sentido absoluto. En él, la combinación de pianista y músico resulta explosiva, y su trío me parece fantástico'.