El acalde de Caldes destituye al concejal de urbanismo por una obra irregular
Los ánimos en Caldes d'Estrac (Maresme) andan revueltos. El concejal de urbanismo, Lluís Grau (PSC), en el Ayuntamiento desde hace 19 años, ha sido cesado por el alcalde, Joan Rangel, por sus responsabilidades como arquitecto privado en unas obras que no reunían las licencias preceptivas. Las obras en cuestión se han llevado a cabo en un edificio situado en el céntrico paseo dels Anglesos, en primera línea de mar, catalogado en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico y que los propietarios tienen la intención de convertir en las oficinas.
En principio, las remodelaciones se hicieron con la licencia municipal correspondiente a la que se sumaba un informe de la Generalitat favorable, ya que las mejoras suponían incrementar el patrimonio protegido.
Los problemas se presentaron cuando los propietarios quisieron llevar a cabo una segunda fase de obra que implicaba una ampliación de la protección arquitectónica. Un paso para el que se precisa la aprobación del pleno municipal y por el que Grau no pudo votar al estar vinculado profesionalmente con la obra. Esta circunstancia provocó que, finalmente, los votos del equipo de gobierno no fueran suficientes para aprobar la modificación.
La oposición encabezada por Convergencia i Unió inició un proceso de investigación que le condujo a presentar, el pasado mes de marzo, una solicitud de informe técnico de inspección que demostrase que las obras realizadas no correspondían con lo autorizado.
Ofensiva de CiU
El líder la formación nacionalista en Caldes, Albert Batlle, acusa al máximo responsable del consistorio de 'haberse quitado las pulgas de encima para demostrar que no tenía conocimiento de las irregularidades que cometía el concejal'. 'No es cierto que haya actuado con diligencia porque no se ha tomado la decisión de suspender a Grau hasta que nosotros hemos presentado denuncia', manifiesta Batlle. A su vez anuncia que los servicios jurídicos de la formación están estudiando ahora si el caso puede llevarse a los tribunales ya que el alcalde 'ha demostrado tener una actitud negligente por la que tendrá que responsabilizarse frente a los ciudadanos, el plenario y otras instancias superiores'.
Joan Rangel, por su parte, consideraba ayer una 'artimaña truculenta' la actitud tomada por el grupo municipal de CiU. 'Batlle y sus amigos han estado jugando con todos de mala fe, como es habitual', aseguraba el alcalde. Según afirma, los propietarios del edificio y el mismo arquitecto decidieron continuar las obras bajo la promesa de responsables de la oposición de que no pondrían impedimentos a su aprobación en el pleno. Rangel recordó también que sobre el líder de la oposición aún pesa una condena por difamación y añadió que se prepararan 'para aportar pruebas sobre lo que están diciendo si no quieren tener otra querella'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.