Benalmádena ya no es el pueblo que era

En recientes publicaciones se nos informa que Benalmádena quiere crecer sin perder calidad de vida. Menuda paradoja. El alcalde, que ha pensado que esto es California, no para de tener ideas geniales:

1. Le dio por la construcción de rotondas a diestro y siniestro donde no son necesarias, sobre todo, ocasionando verdaderos caos de tráfico.

2. Dice que va a construir un monorraíl como medio de transporte público que circulará por las calles más céntricas de Arroyo de la Miel y pasará también por algunas urbanizaciones.

3. Se dedica a dar licencias de construcción de viviendas, locales comerciales y grandes superficies, y a día de hoy poco queda sin construir.

4. Se le ocurre que hay que ampliar el puerto deportivo, en una superficie equivalente a 50 campos de fútbol. ¿Por dónde entrarán los coches al puerto? ¿Qué hay de la fauna marina?

5. Cambia el proyecto que había de ampliación del parque de la Paloma y permite que se construya un parque acuático marino, con lo que supone de perjuicio para las viviendas cercanas al mismo: olores, gritos y gruñidos de focas, pingüinos, etc.

6. Proyecta la construcción de un edificio singular de más de 15 plantas en el centro del pueblo. Digo yo que será para que armonice en altura con el campanario de la iglesia.

7. Cede a la Junta de Andalucía los terrenos para la construcción de un hospital de alta resolución y eso le va a permitir realizar uno de los mayores pelotazos urbanísticos de la zona.

8. Dicen que en un año hemos aumentado la población en más de 1.500 habitantes y el alcalde lo considera un triunfo. ¡Pero si ya no cabemos!

9. Como todavía no tiene bastante, se van a construir 14 hoteles. Desconozco a qué playas van a ir los turistas.

10. Un organismo de la UE considera que en Benalmádena vivimos lo que llaman el desarrollo sostenible y calidad de vida. ¿Sabe este organismo que el desarrollo si no es sostenible, no es desarrollo? ¿Será por lo bien que marcha el tráfico? ¿Lo fácil que es encontrar aparcamientos? ¿El reciclado de basuras? ¿Las zonas verdes? ¿La construcción masiva de viviendas? ¿Las playas? ¿Los ruidos del tráfico y las numerosas obras?

No estoy en contra del desarrollo y la modernización pero no a costa de todos y de todo. Aquí no se puede circular porque se ha crecido sin tener en cuenta que si viene más gente a vivir necesitamos más carreteras y calles. Más colegios e institutos, y más centros de salud, y más zonas verdes, y más parques, y un buen transporte público.

Señor alcalde, déjese de obras faraónicas y piense más en los ciudadanos de a pie.