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El Archivo de Compositores vascos inaugura su nueva sede el 20 de junio

El traslado supondrá una mejora en la conservación de materiales

Maribel Marín Yarza

El Archivo de Compositores Vascos, Eresbil, inaugurará el 20 de junio su nueva sede en el centro Niessen de Rentería e iniciará entonces una nueva etapa en su labor de conservación y recuperación de partituras y documentos sonoros. 'El cambio va a suponer una mejora cuantitativa y cualitativa', dice su director, Jon Bagüés. Fundamentalmente, para la salud de los materiales y la atención a los investigadores.

Los locales, cedidos a Eresbil en 1974 por la orden de los Capuchinos, se han quedado pequeños para albergar el Archivo de Compositores, convertido con los años, en principal celador del patrimonio musical vasco. Así, los 180 metros cuadrados, sin acondicionar, no dan para conservar en condiciones óptimas más de 70.000 partituras, 77.000 registros sonoros, 8.000 libros, 1.000 revistas especializadas, 420 microformas, según el recuento realizado en 1998. Su traslado a una nueva sede no era un capricho, sino una necesidad.

El patronato de Eresbil -Gobierno vasco, Diputación de Guipúzcoa y Ayuntamiento de Rentería- decidió invertir 300 millones de pesetas para habilitar 1.300 metros cuadrados, en el centro Niessen de Rentería. Las obras prácticamente han concluído y Eresbil afronta durante estos días su traslado a unos locales en los que será posible su definitiva profesionalización. 'La documentación va a estar mucho mejor tratada, ubicada y conservada', asegura satisfecho Bagüés. Hasta la fecha, los técnicos del archivo y los fondos musicales compartían un mismo espacio. No existían por lo tanto controles de humedad y temperatura para garantizar la perfecta conservación de los documentos, como ocurrirá en el nuevo edificio.

En la planta baja se ubicarán las instalaciones generales el archivo y el almacén de duplicados de libros y partituras, y en la primera, las oficinas de trabajo del personal de Eresbil y un amplio espacio destinado a los investigadores de la comunidad y del País vasco-francés que recurren, cada vez más, a Eresbil. 'Dispondrán de una biblioteca y de una habitación con un piano para estudiar', explica el director de Eresbil. El segundo piso albergará el depósito de papel y audiovisuales, una zona para la catalogación y el tratamiento técnico de estos documentos, y tres salas de audición. La Asociación de Compositores vasco-navarros también tendrá su sede en el edificio.

El archivo permanece cerrado desde enero porque sus responsables han aprovechado el cambio de sede para digitalizar, informatizar y repensar la ubicación de sus fondos. Se han dispuesto cuatro bases de datos, que quieren abrirse al público también a través de internet. Será, en todo caso, después de la inauguración oficial, a la que asistirán autoridades políticas y representantes de las instituciones y asociaciones musicales del País Vasco.

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