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Reportaje:

Modrego supera la 'pinza verde'

Agricultores y patronal se oponen al Catálogo de Zonas Húmedas mientras los ecologistas exigen su ampliación

Fernando Modrego, consejero de Medio Ambiente, temió el viernes, durante la reunión del Consejo Asesor y de Participación del Medio Ambiente (CAPMA) que decía dictaminar sobre el Catálogo de Zonas Húmedas que está a punto de aprobar, que su propuesta fuera rechazada por efecto de una auténtica pinza verde. El documento, que protege 48 enclaves valencianos entre marjales, albuferas, saladares, desembocaduras de ríos, lagunas y embalses, recibió un apoyo mayoritario, el de 21 de los 28 miembros del órgano consultivo. Pero sufrió el acoso de dos frentes muy distantes entre sí: el verde emblemático de los ecologistas, relativo porque apoyaban la aprobación del catálogo aunque exigieron su ampliación; y el verde metafórico de las lechugas (tanto las naturales como las de los antiguos billetes de mil pesetas) representado por un sector agrícola y la patronal.

El rechazo más frontal, según varios asistentes a la reunión del CAPMA, lo protagonizó la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), que por boca de su presidente, Cristóbal Aguado, criticó duramente el documento, dijo que 'no está maduro' y explicó que perjudica a los agricultores, propietarios de la mitad de los terrenos afectados por el catálogo. Frente a este discurso destacó el de Miquel Oltra, de la Unió de Llauradors-COAG, que se abstuvo en el refrendo del listado porque aún había temas pendientes pero apostó porque los agricultores, como principales actores de los espacios naturales, abanderen en el futuro la conservación del medio ambiente.

Más unánime fue la postura del poder económico. Tanto la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) como la Cierval, la patronal autonómica, se aliniaron con las tesis de AVA.

Por contra, el voto de los ecologistas, a pesar de compartir un mismo criterio (el catálogo está incompleto), se dividió en posturas en apariencia esquizofrénicas pero no carentes de lógica. Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción, y Mario Jiménez, de SEO-Birdlife, votaron en contra aunque deseaban la aprobación, tras casi siete años de espera, de un listado que acabe con la desprotección de los humedales. Adena, representada por Ignacio Serra, se abstuvo por el mismo motivo. Y más posibilista, Víctor Navarro, de Acció Ecologista-Agró, dio su apoyo pero condicionado a la inclusión de dos zonas húmedas amenazadas por proyectos urbanísticos: las desembocaduras del Ríu de les Coves y de L'Algar. El Centre Excursionista de València también dio el visto bueno a la esperada lista.

Del mismo modo, y junto a los representantes de las cinco universidades, los sindicatos mayoritarios, por boca de Enric Amer desde CCOO, y de Fernando Marco desde UGT, dieron su apoyo al catálogo aunque pidieron su ampliación y una mayor protección de las zonas húmedas excluidas. Amer criticó la merma de superficie en los enclaves listados tras la última revisión del documento. Y Marco afirmó: 'Es urgente tener un inventario que se convierta en el instrumento que permita a los ayuntamientos recalificar esos enclaves a suelo no urbanizable de especial protección como obliga la ley de Espacios Naturales'.

Pese a todo, Modrego, que superó de forma más holgada de lo esperado la pinza verde y aprobó así quizá la mayor asignatura pendiente del Consell en materia de medio ambiente, explicó que con la definición que da la ley de una zona húmeda 'cada técnico haría una lista distinta, incluso cada grupo ecologista pide incorporar enclaves distintos'.

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