Un desatascador para las Cortes

Los grupos de la oposición en las Cortes Valencianas han acordado dirigirse a la presidenta de la Cámara, Marcela Miró, para reclamar medidas que agilicen el funcionamiento del Parlamento, en especial en lo referente al control al Ejecutivo. Pretenden que las preguntas y las interpelaciones de los plenos se celebren 'en tiempo real'. Como en el Congreso de los Diputados, donde se abordan cuestiones de la máxima actualidad. La iniciativa fue acordada el pasado 25 de abril por los tres portavoces de la oposición, que se declararon 'hartos' de que el PP ponga continuas 'trabas' a su labor de control. Ante el evidente desfase entre la actualidad y los asuntos que se discuten en la Cámara, anunciaron medidas para 'situar en el debate parlamentario cuestiones que están en la calle'. Una de las posibilidades analizadas para desatascar el Parlamento fue la retirada de miles de iniciativas pendientes, para decidir así su propia agenda y no verse sometidos al ritmo que interesa al grupo que sustenta al Consell, de manera que los debates sean 'en tiempo real y no paleontológico'.

'No puede ser que el Parlamento vaya un año o más por detrás de la calle'

'Esperamos que el PP esté por la labor', señala el portavoz de Esquerra Unida, Joan Ribó. 'Sabemos que hay alguna dificultad reglamentaria, pero se podría arreglar con buena voluntad' agrega.

Las posibilidades son varias: retirar iniciativas pendientes, trasladar otras a las diversas comisiones o transformar preguntas para que sean contestadas por escrito.

A la espera de encontrar alguna solución pactada, los socialistas ya han puesto manos a la obra en el intento de desatascar los plenos y las comisiones. En la junta de portavoces del pasado martes retiraron una serie de iniciativas, en su mayor parte mociones subsiguientes a interpelaciones a miembros del Consell. Según el Reglamento de la Cámara, este tipo de iniciativa se debe presentar al día siguiente de la interpelación y, una vez aceptada, se incluirá en el orden del día del pleno siguiente. Pero esta norma no se cumple. Sin ir más lejos, el orden del día del pleno del pasado miércoles incluía tres mociones de este tipo que respondían a otras tantas interpelaciones sustanciadas nada menos que en la primavera de 2000.

Marcela Miró ha justificado en ocasiones el retraso en el elevado número de iniciativas que presenta la oposición. 'La abundancia de iniciativas no debe ser un pretexto para que el Parlamento se pare', objeta el socialista Andrés Perelló, 'no puede ser que el Parlamento vaya un año o más por detrás de la calle'. Porque entonces se producen debates marcianos en los que se habla de asuntos ya olvidados o resueltos.

Pero la decisión de retirar iniciativas obliga a elegir. Y entonces llegan los problemas, porque muchos diputados se muestran reacios a renunciar a las suyas. Lo sabe bien Perelló, encargado de estudiar el asunto en su grupo.

La mayoría de estas cuestiones pendientes provocaría sin duda debates marcianos: así, en la comisión de control de RTVV tiene pendiente una comparecencia del director general sobre la programación de otoño-invierno -del año pasado- y otra referente al tratamiento que Canal 9 dio a los sucesos del 11 de septiembre. En la de Cultura, el consejero del ramo debería comparecer para explicar el 'contenido' de la Bienal de Valencia o las actuaciones previstas para preservar el convento de Sant Francesc de Vinaròs, que fue derribado el pasado año. Por su parte, el titular de Sanidad tiene pendiente comparecer para explicar la polémica Guía de Salud para Inmigrantes, que generó amplia controversia en enero de 2001, pero de la que ya nadie se acuerda.