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VIOLENCIA EN LAS CALLES

La policía busca al individuo que disparó a un hombre y a dos de sus hijos en Usera

Uno de los jóvenes murió en el acto y el otro sufrió la extirpación de un pulmón

Oriol Güell

Al menos cuatro balas acabaron en la medianoche de ayer con la vida de Ángel Sánchez Pardo, de 52 años, de su hijo mayor, Ángel Sánchez Nieto, de 26, e hirieron gravemente al menor, Ricardo. Los tres perseguían a un individuo que, en su huida, realizó los disparos. Los hechos sucedieron, en Usera, bajo el puente de Praga, donde el paseo de Santa María de la Cabeza cruza sobre la calle de Antonio López. Horas después de este suceso, fallecía un vecino de Alcorcón tras recibir una brutal paliza. Con estos tres muertos, la cifra de asesinatos en Madrid en 2002 suma ya 20.

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Tres manchas de sangre y nueve círculos de tiza recordaban en la mañana de ayer el lugar donde 10 horas antes dos hombres habían perdido la vida y otro resultaba gravemente herido. 'Eran las doce en punto de la noche. Yo estaba viendo la televisión cuando escuché cuatro detonaciones', explicó ayer Jesús L., un vecino del número 67 de la calle de Antonio López, donde se produjeron los hechos.

Jesús, que es miembro de un cuerpo de seguridad del Estado, aseguró que no dudó un instante al oír al menos cuatro detonaciones: 'Aquello eran disparos'. Desde la ventana del salón de su casa, este vecino pudo ver cómo junto al puente de Praga, dos miembros de la familia Sánchez caían fulminados al suelo. 'Al asomarme vi a un joven que llevaba puesto algo de color naranja y que iba huyendo. Tras él, corría otro hombre. De repente, este hombre se detuvo en seco. Se llevó la mano al pecho e intentó parar a un coche que pasaba. Como el coche no paró, el hombre reaccionó de una forma curiosa. Rabioso, se quitó la chaqueta y la tiró al suelo. Luego, rápidamente, se desplomó. Unos metros más allá, había otra persona, más joven, que intentaba gatear en el suelo. Fue algo dantesco', recordó este vecino que presenció el suceso desde su casa.

Según fuentes de la investigación, Ángel Sánchez Pardo y sus hijos Ángel y Ricardo perseguían a un hombre que al ser alcanzado sacó una pistola y disparó contra ellos. La policía desconoce por qué Sánchez Pardo y sus hijos, vecinos de Valladolid, perseguían a su asesino, que aún no ha sido identificado ni detenido.

El presunto asesino, un hombre joven, moreno y de pelo corto, huyó sin que anoche hubiera sido localizado. Algunos testimonios apuntan a que su aspecto es 'suramericano'.

Según fuentes de la investigación, los tres miembros de la familia Sánchez perseguían a un hombre por la calle de Antonio López en dirección noroeste. Unos metros antes de llegar al puente de Praga, que cruza la calle, Ángel, el hijo mayor de la familia, le alcanzó, y ambos forcejearon durante unos segundos. Entonces, el supuesto homicida sacó un arma y disparó a bocajarro contra Ángel. La bala le cruzó el cráneo, causándole la muerte en el acto, según certificaron los médicos del Samur-Protección Civil que intentaron, sin éxito, reanimarle.

Acto seguido, el presunto homicida disparó también a Ricardo, el hijo menor, y a su padre, que venían a la carrera algo más retrasados. Ambos fueron alcanzados en el pecho por los disparos y, aunque intentaron continuar con la persecución, cayeron fulminados instantes después, sobre la mediana de la calle de Antonio López. Luego, el asesino huyó corriendo bajo el puente y se dirigió a un callejón cercano. Allí subió a un coche, en el que logró alejarse del lugar, según el testimonio ofrecido por varios vecinos.

La familia Sánchez vive en Valladolid y se había desplazado a Madrid el pasado miércoles para comprar uno o más coches de segunda mano, según la hija y hermana de los dos fallecidos, que se personó en el Instituto Anatómico Forense donde ayer por la mañana se encontraban los cadáveres. 'Se dedican a comprar y vender coches aquí en Madrid, en Valladolid y en otras ciudades de Castilla y León. Por eso vinieron hace dos días. No sabemos nada más. La policía no nos ha dicho nada', aseguró ayer la mujer, visiblemente afectada por la tragedia.

También se desplazaron hasta el Instituto la mujer de Ángel Sánchez Pardo, otra de sus hijas y una nuera. La familia protagonizó escenas de gran dolor, y la madre tuvo que ser atendida incluso por una UVI móvil del Samur tras sufrir una crisis nerviosa. Ninguna de ellas quiso hacer más declaraciones. Sólo se preguntaban una y otra vez, entre sollozos, por qué habían sido tiroteados sus familiares.

Los vecinos de la calle de Antonio López, que denuncian que ha aumentado la delincuencia en el barrio en los últimos meses, apuntan que el tiroteo pudo deberse a un robo. El dinero que llevaban consigo los fallecidos para comprar coches de segunda mano sería, según esta versión, el origen del suceso. Sin embargo, la policía investiga también si la causa del tiroteo fue una discusión motivada por discrepancias por algún tipo de negocio ilícito. El jefe superior de Policía de Madrid, Juan Bautista Zurera, declaró ayer: 'No hay detenidos ni se tienen ideas claras sobre el móvil del tiroteo'.

El Cuerpo Nacional de Policía fue avisado telefónicamente del tiroteo por un vecino a las 0.05. Inmediatamente, se trasladaron al lugar varias dotaciones y tres ambulancias del Samur-Protección Civil. Los médicos nada pudieron hacer por la vida de Ángel Sánchez Nieto, el mayor de los hijos de la familia, que murió en el lugar de los hechos. Su padre, en cambio, fue trasladado al hospital Doce de Octubre con al menos una herida de bala en el pecho, cerca del corazón. El hombre fue intervenido de urgencia, pero murió en el quirófano sin que los médicos pudieran hacer nada para salvarle la vida.

El hermano menor, Ricardo, recibió dos disparos: uno en el pecho, que le perforó el pulmón izquierdo, y otro en el abdomen. La hemorragia que le produjo la herida en el pulmón, del que los médicos le extrajeron dos litros de sangre, obligaron a los médicos a extirparle parcialmente el pulmón izquierdo, según fuentes sanitarias.

Ricardo permanecía anoche en estado 'muy grave' en el hospital Gregorio Marañón. Numerosos agentes de la policía custodiaban la sala de reanimación donde se encontraba.

Delincuencia en el barrio

El puente de Praga, bajo el que ocurrió el doble crimen, está en el límite entre los distritos de Usera y Carabanchel. Los vecinos del barrio denuncian que en los últimos meses la delincuencia en la zona se ha disparado. 'Yo no dejo que mi hija pase nunca sola bajo el puente', explicó ayer Felipe Fernández, vecino del barrio. 'Hay muchos atracos y robos en coches cerca de este puente', añadió otro vecino.

Buena parte de la delincuencia se dirige, según el vecindario, contra los clientes de un hotel cercano. 'Parece que les esperan. Por la noche se ve a gente deambulando, como si estuvieran a la caza de los clientes del hotel y de sus coches. Pero los vecinos tampoco nos libramos de los robos, sobre todo desde finales del año pasado', lamentó otro hombre. Los vecinos, sin embargo, se mostraron sorprendidos por la gravedad del suceso ocurrido en la madrugada de ayer. 'La verdad es que no podíamos imaginar que sucediera algo así. Es verdad que hay atracos y robos, pero hasta ahora nunca habíamos visto ni pistolas, ni tiroteos, ni todas estas cosas', añadió Felipe Fernández.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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