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Rusia acusa a un rebelde islámico prochecheno del atentado de Daguestán

El presidente ruso, Vladímir Putin, que ha recibido expresiones de solidaridad por parte de la comunidad internacional, se reunió ayer con la cúpula del Kremlin para analizar la situación creada después del sangriento atentado del jueves en Daguestán y adoptar medidas que permitan evitar nuevas explosiones en las próximas semanas. Las víctimas mortales del ataque terrorista perpetrado en la ciudad de Kaspíisk durante las celebraciones del 57º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi se elevaron ayer a 41, cifra que podrá aumentar aún más, ya que entre el centenar de heridos hospitalizados decenas se encuentran en estado grave.

El director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Nikolái Pátrushev, declaró ayer que varias personas sospechosas de haber colocado la bomba que explotó en Kaspíisk ya han sido detenidas. Los servicios secretos piensan que detrás del atentado está el daguestano Rapaní Jalílov, que combate en Chechenia. Jalílov, conocido por su extremismo islámico, estuvo al mando de un destacamento de guerrilleros que en 1999 penetraron de Chechenia en Daguestán con el fin de instaurar un Estado islámico. A Jalílov se le acusa de haber organizado una decena de actos terroristas en Daguestán en los dos últimos años.

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El presidente estadounidense, George Bush, que el 23 de mayo debe llegar a Rusia, condenó el acto terrorista y dijo que Moscú y Washington son aliados en la guerra contra el terror. Sin embargo, eso no necesariamente significa un cambio de actitud hacia lo que sucede en Chechenia. Así, Steven Pifer, uno de los asesores del secretario de Estado, Colin Powell, dijo el jueves en el Congreso que no hay solución militar al conflicto checheno y que hay que negociar con el presidente rebelde, Aslán Masjádov. 'No pedimos al Gobierno ruso que trate de llegar a un acuerdo con terroristas. Pero consideramos que hay personas, como Masjádov, con los que se puede entablar conversaciones', declaró Pifer.

El Kremlin, sin embargo, se niega por el momento a negociar con el líder independentista, a quien considera un criminal igual a los otros comandantes guerrilleros. Y la explosión de anteayer ha reafirmado la posición dura de los dirigentes rusos, quienes están convencidos que hay que buscar en Chechenia a los organizadores del acto terrorista de Kaspíisk.

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