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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Crisis en el Gobierno de Arafat ante el reto de la reconstrucción palestina

Reformadores y continuistas se enfrentan en el seno del Gobierno de Yasir Arafat y han provocado una crisis sin precedentes en la autonomía palestina, que ha obligado al ministro de relaciones con el Parlamento, Nabil Amr, a dimitir. El conflicto se produce en un momento muy delicado en el que la Autoridad Palestina trata de abordar la reconstrucción de las ciudades asoladas por la ofensiva israelí e intenta redefinir la Intifada.

La crisis se suscitó el viernes en el transcurso de una reunión extraordinaria de Gobierno convocada por Arafat en Ramala, la primera desde que comenzó el asedio israelí, a la que asistieron todos los ministros residentes en Cisjordania, pero también los de Gaza, aunque éstos aseguraron su presencia a través de videoteléfono.

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La reunión tenía como orden del día varios puntos: estudiar un programa de reformas internas de la Administración, la preparación de unas elecciones municipales y la reconstrucción de las ciudades palestinas. El orden del día suscitó un agrio debate entre los sectores continuistas, vinculados a Arafat, y los reformistas, capitaneados por el ministro de relaciones con el Parlamento, Nabil Amr, diputado, ex embajador de la OLP en Moscú y miembro de Al Fatah.

Amr planteó la necesidad de emprender cambios sustanciales en el Ejecutivo y en la Administración. Su propuesta estaba vinculada con los sectores de la oposición democrática a Arafat que, liderada por Haider Abdel Shafi, ex negociador en la cumbre de Madrid, reclama desde hace meses un 'pacto nacional' que, aún manteniendo al presidente, suponga una alternativa al arafatismo, desde donde se decida de manera democrática el futuro de los palestinos.

La propuesta de Amr, que suponía una andanada a la línea de flotación del Gabinete y a los todopoderosísimos jefes militares -Ahmed Dahlan, en Gaza, y Jibril Rajoub, en Cisjordania- y al propio Arafat, fue duramente criticada por la mayoría de los reunidos, lo que provocó su dimisión. La salida de Amr hizo recordar a muchos una situación similar, creada en agosto de 1998, cuando varios ministros, entre ellos Hanan Asrahwi, abandonaron el Ejecutivo en protesta por el descrédito y la corrupción del equipo de Arafat.

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Yasir Arafat, en un esfuerzo por limar asperezas y frenar una lucha fratricida interna, optó por una solución ambigua pero inteligente: crear una comisión de reformas que tratara de elaborar una postura de consenso, que favorecerá sin duda a los continuistas.

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