Colau, a su llegada a Barcelona: “Nos han maltratado, pero no es nada comparado con lo que sufre el pueblo palestino”
La exalcaldesa llega a la capital catalana junto al regidor de ERC, Jordi Coronas, que también denuncia abusos de las autoridades de Israel


Un chándal gris y una camiseta blanca, gastados. Fue el uniforme que las autoridades israelíes dieron a los miembros de la flotilla humanitaria de Gaza tras interceptarlos en aguas internacionales, el pasado día uno, y llevarles a la prisión de Ketziot a la espera de deportarles. Es la misma ropa con la que dos de los participantes de esa acción humanitaria, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el regidor de esa misma ciudad por Esquerra, Jordi Coronas, han llegado este domingo al Aeropuerto de El Prat de la capital catalana. “Nos han secuestrado, nos han maltratado, pero no es nada comparado con lo que sufre el pueblo palestino”, ha resumido Colau. “Esta misión no acaba hasta que vuelvan todos los compañeros”, ha añadido el republicano. Ambos han pedido que la movilización ciudadana continúe para frenar el genocidio.
Pero el reclamo por centrar la atención en lo que sucede en Gaza no ha implicado ahorrar detalles de sus 35 días de periplo para dejar en evidencia los abusos sufridos en su detención. Esas irregularidades, han explicado, ocurrieron desde el primer momento del abordaje, que ambos han calificado de secuestro, por ocurrir en aguas internacionales y violando el derecho a la libre navegación. “Los barcos [israelíes] venían sin luz, de un momento a otro unos focos muy potentes nos comenzaron a apuntar y nos arrojaron agua”, ha recordado el regidor de ERC, que era el capitán del Adara. “Nos pidieron apagar el motor y entraron los militares, apuntándonos con fusiles y, a nosotros, nos encerraron en los camarotes”, ha añadido.
Los miembros de la flotilla Global Sumud habían entrenado en varias ocasiones ese posible escenario. “Todo el pasaje supo mantener la calma y eso evitó la violencia. Fue una interceptación no pacífica, pero se logró que no hubiera escalada violenta”, ha agregado. De los 400 miembros de la flotilla detenidos, casi medio centenar de origen español.
Colau, que iba a bordo del Sirius, ha explicado que pese a las advertencias no se esperaban lo que sucedió en el puerto. “Nos hicieron bajar y allí nos esperaban cientos de policías muy agresivos y violentos”, ha contado la exalcaldesa, que estaba siendo esperada por casi un centenar de personas, contando su familia, cargos de los Comunes, ERC, la CUP y varios ciudadanos anónimos. “Nos pusieron de rodillas, con la cabeza contra el suelo, gritándonos y así nos tuvieron horas”, ha añadido. En algunos casos, ha agregado, las fuerzas de seguridad israelíes quitaron prendas y collares a los detenidos y los tiraron al suelo.
Además del maltrato, en el puerto se mantuvieron las irregularidades en la actuación judicial y se violó el debido proceso. Los miembros de la flotilla tenían un acuerdo interno para que, en caso de ser interceptados, una parte del grupo volviera deportada de manera rápida a sus países y pudieran denunciar así la situación. Según la ex alcaldesa, en ese momento a todos se les ofreció firmar un documento en el que reconocían que habían cometido un acto ilegal entrando en aguas de Israel. “Nadie lo firmó”, ha dicho Colau.
Posteriormente, sin embargo, sí les puso sobre la mesa -y sin la atención de un abogado, según han explicado- otro documento en el que se aceptaba la deportación voluntaria. “Se ha dado el mismo trato a los que lo han firmado y a los que no y hay en prisión gente que lo había firmado igualmente”, ha denunciado Colau. Las irregularidades llegaron casi hasta al momento de regresar, ha añadido Coronas. A la llegada al aeropuerto, ha relatado el regidor, se les ha querido obligar a firmar un documento, sin leerlo. El papel era una declaración que aceptaba que habían intentado entrar de manera ilegal a Israel y que asumían la incautación de los barcos. “Y cuando nos hemos negado a firmarlo, los propios policías nos han encerrado y han firmado por nosotros. Estas son las garantías de la que muchos aún insisten en defender como la única democracia del Oriente Medio. Una mierda. Es la antidemocracia, un Estado fascista”, ha espetado.
Colau ha asegurado que, tras las protestas ciudadanas de estos últimos días, notaron “un cambio” en el trato en la cárcel por parte de las autoridades de Israel. Eso, han contado ambos, después de días en que se les ha negado salir de la celda o el acceso a medicamentos en el caso de miembros de la flotilla con enfermedades crónicas. “Cuando hemos pedido un médico nos han dicho que eso era para humanos”, ha contado. Se les ha privado de sueño en algunas ocasiones, entrando en las celdas con armas de fuego y perros. “La celda daba a un patio con una foto enorme de Gaza devastada por las bombas y con un escrito en árabe: ‘Bienvenidos a la nueva Gaza’. Es la prisión de un Estado fascista”, ha resumido la exalcaldesa.
La organización de la flotilla, ha dicho Colau, está valorando el recorrido judicial que tenga la denuncia de los abusos vividos estos últimos cinco días. “Lo que no se puede permitir es la violación sistemática de derechos. Por nosotros no será, lo que no puede ser que se normalice la situación del pueblo palestino. La alianza entre Benjamín Netanyahu y Donald Trumo lo que busca es normalizar que no exista el derecho internacional y el paradigma de derechos humanos. La causa de Palestina es la causa de la humanidad", ha dicho.
Colau y Coronas son dos de los seis catalanes que volvieron deportados este domingo de Israel. El grupo lo completan Guillem Esteban, Sofía Peris, Laia Rosell y Cèlia Vélez, que han preferido regresar a la capital catalana por carretera. En Israel, detenidos, permanecen al menos otros cinco activistas de origen catalán que no firmaron la deportación voluntaria y se espera regresen este lunes: la diputada de la CUP Pilar Castillejos, el miembto de la cúpula de esa misma formación Adrià Plazas; los sindicalistas Eduard Lucas y Ariadna Masmitjà y el exsindicalista jubilado Saturnino Mercader.
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