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ELECCIONES PRESIDENCIALES EN FRANCIA

El voto con pinzas o guantes será ilegal

Todos los ojos estarán mañana pendientes de Villemagne. No porque esta pequeña localidad de 220 habitantes sea decisiva para derrotar a Le Pen, sino porque su alcalde, el socialista Alain Bauda, se ha convertido en el portaestandarte de los que quieren votar 'con pinzas' o 'con guantes'. No contento con facilitar ese material a quien lo precise, está dispuesto a instalar un pediluvio a la salida de los colegios, dotado de vaporizadores para 'desinfectarse' después del voto. Y es que el elector francés de izquierda se ve atrapado: o vota a Chirac, como le piden ahora todos sus líderes -menos la trotskista Arlette Laguiller, que pide el voto en blanco o nulo-, o se ve señalado como culpable de poner en peligro las libertades.

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Para salvar tan terrible encrucijada, la imaginería popular ha hecho brotar en Internet decenas de propuestas: votar vestidos de luto, o con la nariz pinzada para evitar el 'mal olor', o con las manos enguantadas de látex para no contaminarse, a fin de que la elección entre 'un fascista' (Le Pen) y 'un corrupto' (Chirac) no manche al elector escrupuloso.

Lo que podría ser uno de los cachondeos que recorren Internet ha sido tomado muy en serio por el Consejo Constitucional. Tan importante organismo se creyó ayer obligado a advertir que llevar guantes o pinzas para depositar el voto 'sería contrario al secreto del sufragio' y 'podría provocar desórdenes en los colegios electorales'. El alto organismo recuerda el infierno que aguarda a los infractores: un año de cárcel y multas de hasta 15.000 euros, en caso de desórdenes; o bien, pura y simplemente, la anulación del escrutinio allí donde se desarrolle sin un respeto exquisito a la norma, que prohíbe, como en todas las democracias, cualquier manifestación en el interior o en el exterior de los colegios electorales durante la jornada de la votación.

Inspectores del prefecto

'Que yo sepa, llevar guantes, máscara o una pinza en la nariz no significa que se vaya a votar forzosamente a Chirac: se pueden usar también para votar por Le Pen', insiste el alcalde de Villemagne, tras recibir una llamada del prefecto advirtiéndole de que enviará inspectores al pueblo para que se respete el secreto debido a los 210 electores de la localidad. Otros ayuntamientos proyectan organizar acciones anti-Le Pen durante la jornada. El Partido Socialista difundió consignas para disuadir a los electores de que juegen con el voto; las asociaciones antirracistas piden que 'se vote a Chirac de manera clara y sin ambigüedad'. Y desde páginas web que incitaban a tales prácticas se difunden mensajes que pueden resumirse así: Vale, chatos, mejor será que nos lo tomemos en serio.

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