Un experto revela que la incineración la introdujeron en España los fenicios
'Yo creo que en España se incinera a los muertos por influencia de los fenicios', ha declarado el arqueólogo y catedrático de la Universidad de Sevilla Manuel Pellicer Catalán. Reconocido como uno de los padres de la excavaciones sobre los fenicios en España, Pellicer Catalán es uno de los expertos en la vida de estos comerciantes que se asentaron en torno al siglo VIII antes de Cristo en algunos puntos de la costa mediterránea española, procedentes de Tiro (Líbano).
Pellicer es uno de los ponentes del congreso internacional sobre El mundo funerario fenicio que ayer empezó en Guardamar del Segura (Vega Baja) y que reúne a estudiosos de Italia, Túnez, Portugal y Líbano, además de profesores de varias universidades españolas.
'Mis teorías chocan con las de quienes estiman que la incineración de los cuerpos llegó a España desde Europa', confiesa este excavador al que el congreso homenajeará con la dedicatoria de las actas que resulten de las ponencias y de los debates.
La interpretación de la muerte según la civilización fenicia es el asunto central sobre el que versarán los diálogos de las decenas de expertos reunidos en Guardamar. Esta localidad de la desembocadura del río Segura atesora bajo la arena de sus dunas una de las ciudades estado fenicias más importantes de la España preibérica. Sólidamente fortificado, este asentamiento colonial 'es uno de los referentes para el estudio de la arquitectura militar del mundo fenicio', según el catedrático Alfredo González Prats, director de las excavaciones que se realizan en el mismo. El hecho de que no se haya edificado encima ha contribuido a la excelente conservación de estos vestigios.
A la orilla del Segura
Los fenicios utilizaban la plata en lingotes como metal noble para sus transacciones y se inclinaron por levantar su ciudad en la orilla derecha del río Segura por la cercanía a los talleres metalúrgicos que funcionaban en un cercano poblado indígena, el de la Peña Negra, del vecino término de Crevillent. Allí se elaboraban a gran escala armas, adornos y útiles, según González Prats. El profesor está convencido de que la producción de sal junto a Guardamar también influyó en la elección de los fenicios, que trajeron la salazón de los pescados.
El director de las excavaciones de La Fonteta, como se conoce al lugar del yacimiento, estima que las construcciones podrían extenderse sobre una superficie de unas siete hectáreras. Esta ciudad habría reproducido el modelo de las de oriente.
La ligazón de los fenicios con la factoría metalúrgica de Peña Negra permitió incorporarle los trabajos con plata aportados por los navegantes.
El alcalde de Guardamar, Francisco Gómez, quiere reunir a representantes de Patrimonio de la Generalitat y del Ministerio de Cultura para revitalizar estas excavaciones.
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