La policía francesa captura a tres etarras del 'comando Madrid'

La policía francesa detuvo en la madrugada del miércoles, de forma aparentemente casual, a cinco importantes etarras cuando intentaban robar un coche. Tres de ellos han integrado el comando Madrid hasta hace unos meses y la policía sospecha que han cometido varios atentados. Javier Abaunza Martínez, dirigente de la banda y uno de los hombres más buscados por la policía, es uno de los detenidos. La captura se produjo en Niort, una localidad al sureste de Poitiers. Los tres terroristas identificados habían logrado huir hasta ahora de dos persecuciones policiales, una en Francia y otra en Madrid.

Javier Abaunza es uno de los 21 etarras incluidos en la lista negra de terroristas internacionales elaborada por los EE UU para bloquear las cuentas de los criminales. Interior atribuye a Abaunza dos asesinatos y, sobre todo, la organización de la llamada caravana de la muerte, las dos furgonetas cargadas con 1.688 kilos de explosivo con las que la banda pretendía, en diciembre de 1999, romper la tregua haciéndolas explotar junto a la Torre Picasso a media tarde.

Los gendarmes franceses detuvieron junto a Abaunza a Manex Zubiaga Bravo y Lexuri Gallastegi Sodupe, los dos miembros del comando Madrid que escaparon al acoso policial el pasado 6 de diciembre cuando dos de sus compañeros habían sido detenidos. Aquel día la intervención de un ciudadano permitió detener a Ana Belén Egués y Aitor García Aliaga, tras el atentado frustrado con un coche bomba contra Juan Junquera, secretario de Política Científica. El ciudadano les persiguió con su propio vehículo y avisó a la policía. Zubiaga y Gallastegi, tras esperar en vano a sus compinches, lograron huir del cerco policial.

Familia terrorista

Gallastegui pertenece a una familia con varios presuntos miembros de ETA en su seno. La Policía apunta que Zubiaga fue el terrorista que se equivocó el 12 de octubre de 2001 al colocar un coche bomba frente a una oficina de Telefónica en Madrid y lo hizo explotar a las doce de la noche en lugar de al mediodía, cuando a unos cientos de metros, en la Plaza de Colón, se celebraba el desfile militar. La bomba estalló cuando el coche estaba en los depósitos de la grúa.

Con la huida de estos dos terroristas se consideró desarticulado el comando de ETA en la capital. La policía estudia ahora si los atentados de ayer junto al estado Santiago Bernabeu corresponden a un nuevo comando que opera en la capital. Este atentado llevó ayer al consejero vasco de Interior, Javier Balza, a concluir que la banda terrorista está más cerca de volver a cometer una matanza como la del atentado contra el Hipercor de Barcelona, cuando un coche bomba causó 21 muertos e hirió de gravedad a 45 personas, que de declarar una tregua como en 1998.

El consejero vasco de Interior destacó que ETA 'está activa, con todos los frentes abiertos', por lo que, en su opinión, 'todas las fuerzas políticas, sociales y, desde luego, desde el punto policial y judicial' deben estar 'activas' para combartirla.

La detención de los cinco terroristas, dos de ellos aún sin identificar, se produjo en Niort, una ciudad situada a 400 kilómetros de París. Los cinco presuntos etarras iban armados con pistolas de 9 milímetros parabellum -la munición usada habitualmente por ETA- y, cuatro de ellos llevaban documentación falsa española y británica.

Niort se encuentra estos días en plenas fiestas. Por este motivo, las patrullas de la Policía Nacional francesa han sido reforzadas: cuatro personas por cada unidad, en vez de las dos habituales. Una de estas patrullas reforzadas circulaba por un barrio de viviendas sociales, en un coche camuflado, cuando reparó en un Peugeot 306 de color rojo, estacionado en un discreto aparcamiento junto al hipermercado de Carrefour, pero separado de este último por unas matas. En su interior se encontraban dos hombres y una mujer, con las luces apagadas.

'Fue un encuentro totalmente inesperado', insisten las fuentes que han informado a este periódico. Los agentes se acercaron al coche sospechoso y de su interior salieron los tres ocupantes, dando gritos que a los policías les parecieron 'eslóganes' en un idioma que, desde luego, no era el francés. Les ordenaron arrojarse al suelo, les cachearon y encontraron tres pistolas de las que usan munición del calibre 9 milímetros parabellum. El coche de los detenidos llevaba placas de matrícula falsa y había sido robado.

Bala en la recámara

Al darse cuenta de que no habían dado con pequeños delincuentes, como los que suelen ocupar las noches de la policía de Niort, la patrulla pidió refuerzos. Un registro más concienzudo del lugar permitió descubrir a otros dos sospechosos en un segundo coche, un Renault 21, que aparentemente acababan de robar, en este caso en el aparcamiento del propio hipermercado. También llevaban pistolas, una de ellas con una bala en la recámara.

Todo esto sucedió en un lugar densamente poblado, en que el ruido y los gritos despertaron a los vecinos, uno de los cuales asegura que 'vio a un policía que daba un puntapié a una pistola y que derribaba a un hombre en el suelo'. Niort es una ciudad de 57.000 habitantes, muy próxima a la autopista que comunica la capital francesa con la frontera española por el País Vasco.