Operación triunfo bajo la lluvia
Chenoa, Bisbal, 'Busta' y compañía se ganan al público durante hora y media antes de suspenderse el concierto
El estado de exaltación provocado por el fútbol, por lo que parece inminente, palió los minutos de espera que en algunos casos fueron horas, muchas horas. Tal era el ansia por compartir en directo lo que bien podría ser eso que llaman una experiencia religiosa. Así, los gritos de Valencia, Valencia, Valencia unieron aún más, si cabe, a las alrededor de 11.000 gargantas entregadas de antemano que finalmente explotaron en rugidos, gorgoritos, vítores y chillidos. Acababan de salir las chicas y los chicos de Operación triunfo al imponente escenario de la plaza de toros de Valencia. Fuegos de artificio y empieza el espectáculo.
Voulez vous couchez avec moi... La conocida canción convocó a todos los protagonistas sobre los que se proyectan miles de niños, adolescentes y también algunos bastante más talluditos. Han triunfado y son como cualquiera, gente normal, eso sí, que se esfuerza. Dos niñas confesaban su admiración por Bisbal, 'y también por Chenoa'. Al lado, sus padres asentían. 'Sí, sí nos gustan. Pero me gustaría más estar ganando lo que ellos', apuntaba la madre sonriendo. Muchos padres acompañando a sus hijos. Muchos más hijos que padres.
Se sucedieron las versiones de populares y pegadizas canciones. No hacía falta presentarlas. El público las sabía de memoria gracias al programa de TVE y al canal temático de Canal Satélite Digital. A un rápido ritmo, con un potente sonido y respaldados por un buen cuerpo de baile y un eficaz grupo de músicos, los protagonistas salían al principio uno a uno, cantaban una melodía y se retiraban después de pasar el testigo. Luego, dúos y coros. Para los finalistas, un poco más de tiempo. La mayoría de los cantantes dedicó la actuación a Alejandro, el valenciano, quien descendió al escenario en loor de multitudes. Y acabó, claro, lanzando un Amunt València. Pero, quizá los más aplaudidos fueron Bisbal y Rosa.
Se iniciaron entonces algunas carreritas detrás de los más críos para ponerles la capucha. Los paraguas se abrieron. Pero el público no perdía el hilo del matemático espectáculo. No caía mucha agua. Se podía aguantar. Hasta que, a las once de la noche, cayó un intenso chaparrón. Había pasado una hora y media. Quedaban cuarenta minutos. La organización de Gestmusic tuvo que supender para evitar cualquier riesgo. La empresa concesionaria de la plaza de toros aseguró que ofrecía el coso de manera gratuita para otro concierto. De momento, lo que es seguro es que está vendido todo el aforo para las actuaciones previstas de hoy y mañana.
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