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VISTO / OÍDO
Columna
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'Antis'

No estoy seguro de que la alianza izquierda-derecha de Francia como un antifascismo para detener a Le Pen me parezca nada bien. No se deben perder ciertos principios, pase lo que pase, y la derecha de Chirac es abominable. Le Pen no saldría de ninguna manera, porque sólo obtuvo el 17% del 72% de los censados. Aunque saliera, la resistencia habría de hacerse después, no creando un bloque sucio para aportar a un candidato sucio no en cuanto a sus ideas, que están tan claras como las de Le Pen, sino por sus procedimientos personales en el poder. Los antis son peligrosísimos. El anticomunismo, después de crear a Hitler, a Mussolini y a Franco, creó la caza de brujas: fue tan dañina para la democracia que ayudó a sostenerse a Franco como reputado asesino, no ya de comunistas, sino de toda la izquierda española, a la que emparentó hasta la creación demostrativa de un tribunal de represión de la 'Masonería y el Comunismo', como si hubiera alguna relación.

Curioso ejemplo, el anticomunismo convenció a la mayoría de los intelectuales comunistas españoles, que se convirtieron a la derecha en el momento en que ya el comunismo apenas existía. Voy por este camino al antiterrorismo político, lacra de nuestra política y de nuestra sociedad, y es el que más me preocupa: me parece un triunfo del terrorismo, cuya esencia consiste en alarmar y en crear un estado de defensa que, como pasa con la alergia, envenene y dañe lo que quiere salvar. Lo he dicho ya del famoso 'pacto', de las elecciones vascas, lo repito ante la ley de los partidos, y lo repito ante el veneno moral y mental que expande.

Los terroristas matan, Stalin mató, Le Pen también, aunque se le presente como un ángel ante los terroristas vascos: está en los libros su acción de torturador y asesino de guerra en Argelia, con el genocidio hecho por la OAS, que era un anticomunismo colonialista; un anticomunismo que respondía a la acción directa en la política de EE UU en la posguerra, la que creó la democracia cristiana en Italia y en Francia: Bidault -también hombre que está en los libros: de todos prefiero el de Peyrefitte-, que se sumó a la rebelión militar contra De Gaulle, que tampoco era un modelo de demócrata y que acudió por segunda vez al poder como anticomunista. Temo que esta alianza electoral en Francia contra Le Pen produzca un hundimiento mayor de la izquierda orgánica: temí que el pacto antiterrorista dañara al socialismo español, y así ha sido. Aparte de la creación de monstruos surgidos del sueño de la razón.

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