Cada uno en su sitio
El circuito de Montmeló es el que más a fondo conocen los pilotos y las escuderías, puesto que es allí donde realizan la mayor parte de las sesiones de entrenamientos previos al campeonato. En lo que llevamos de temporada, los bólidos de Williams han hecho la friolera de 11.830 kilómetros de pruebas; McLaren, 6.800, y Ferrari -pese a que tiene pista de pruebas propia-, 6.668. Es casi imposible que quede algo al azar cuando llega la carrera anual. El circuito de Cataluña, además, es técnicamente tan bueno que pone a cada uno en su sitio exacto. No permite florituras, no acepta sorpresas, no regala nada. Tal vez por eso las carreras aparentan una cierta monotonía, pero permiten lecturas muy reveladoras.
La primera, por obvia, no hay que dejar de mencionarla: el apabullante dominio de Michael Schumacher y Ferrari, sin olvidar los neumáticos Bridgestone, está dejando este campeonato huérfano de emoción. Pero nos queda el paisaje trasero para analizar y la pregunta del millón: ¿el único piloto con las suficientes agallas como para retar al alemán, el colombiano Juan Pablo Montoya, ha decidido sentar la cabeza y demostrar que, puesto a ser conservador, nadie la gana o, en realidad, no puede hacer más que seguir la estela del ganador desde lejos? Sea lo que sea, la estrategia le funciona.
Otro tema: lo que pueden dar de sí las dos jóvenes estrellas del campeonato, el finlandés Kimi Raikkonen y el británico Jenson Button. Ayer salían emparejados desde la tercera fila de la parrilla. El primero volvió a ser más rápido que David Coulthard, su veterano compañero en McLaren, pero luego, en la carrera, no pasó de la quinta vuelta y nos quedamos sin saber si hubiera aguantado al escocés. Button, por su parte, mantuvo su Renault por delante de su compañero Trulli durante casi media carrera y luego fue perdiendo impulso poco a poco, perdió varias plazas y finalmente ambos Renault se apagaron sin poder acabar la carrera.
Ayer brillaron otros dos jóvenes: los pilotos de Sauber, el alemán Nick Heidfeld y el brasileño Felipe Massa. Y ambos con motor Ferrari y neumáticos Bridgestone. A lo mejor Ron Dennis, el patrón de McLaren, se equivocó fichando al finlandés en lugar de al alemán.
Otro detalle a tener en cuenta, y que explica el nivel de igualdad y lo escasos que son los márgenes para mejorar en estos momentos en la fórmula 1, es la escabechina en las primeras vueltas. Empezando por Minardi, que ni siquiera salió; siguiendo con Rubens Barrichello, que se quedó en la parrilla; y luego Raikkonen, De la Rosa -mejor no hablar del desastre sin paliativos de Jaguar-, los dos Jordan -otro desastre-, Irvine... Cuando se cumplía la vuelta 20ª y empezaron los primeros pases por boxes, ya sólo quedaban 12 coches en carrera.
Corren tiempos duros. Excepto para Ferrari.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.