Un hombre de la casa
Un guiño de Florentino Pérez a la plantilla de la constructora abordada, a los mercados y a las autoridades de defensa de la competencia. El sucesor de Santiago Foncillas en la presidencia de Dragados, tras la conversión por sorpresa de su competidora ACS en accionista de referencia, es un hombre de la casa de toda la vida y un estrecho colaborador de su antecesor en los últimos años.
Antonio García Ferrer, que hasta la semana pasada era director general de Dragados y responsable de las áreas de Servicios e Industrial del grupo, y que anteriormente fue responsable de Edificación, tiene 56 años y lleva en esta constructora desde 1970. Es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y compañero de promoción del presidente de ACS y del de Unión Fenosa, Victoriano Reinoso.
Nadie apostaba por él, pero es un buen jugador de mus, acumulaba muchos puntos por su veteranía y conocimiento de las entretelas de la ex filial del SCH, y al final ha ganado con el órdago de Florentino Pérez. Su nombramiento, que se ha vendido a la opinión pública como garantía de independencia y profesionalidad en la gestión de Dragados, ante los recelos despertados por el nombramiento previo de siete de los 15 consejeros del grupo y un vicepresidente por parte de ACS, se produjo el martes, en la segunda reunión extraordinaria del nuevo Consejo de Administración de Dragados, mediante una doble operación. Primero se le nombró consejero, en calidad de independiente, sustituyendo a Jesús Ruiz-Beato, que dimitió pero que continuará en el órgano gestor como secretario general ejecutivo del mismo, y después se le eligió presidente. De esta forma su nombramiento se ajustó a los nuevos estatutos de Dragados, aprobados en la junta general de accionistas del viernes anterior, que exigen para acceder a la presidencia del grupo el ser consejero del mismo, contar con una vinculación a la compañía de al menos cinco años y estar respaldado en su nombramiento por dos tercios del consejo.
El perfil de García Ferrer dentro del grupo es muy técnico y no está contaminado por las últimas batallas internas entre Foncillas y el ex consejero delegado de Dragados Eloy Domínguez-Aldama. Sus compañeros y quienes le conocen en el sector le definen como 'muy ingeniero', como un hombre solvente en su actuación y en sus opiniones.
Antonio García Ferrer practica en sus ratos libres, además del mus con los amigos, la hípica en compañía de su hija.
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