Montmeló se viste de gala para vivir otra fiesta de Schumacher

Era un entrenamiento, sólo eso, pero miles de gargantas dejaron escapar ayer un grito de admiración cuando en la última vuelta de la sesión cronometrada Michael Schumacher, empeñado en demostrar que la palabra imposible no va con él, rebajaba el tiempo realizado por su compañero del equipo Ferrari, Rubens Barrichello, y destrozaba todos los registros del circuito de Montmeló, donde redujo en casi ¡dos segundos! el récord establecido por él hace un año. Como estaba previsto, Schumacher (Michael) ocupará la pole position en la parrilla de salida de la quinta prueba del Mundial, que se disputa hoy (14.00 horas).

Un total de 100.000 espectadores en las gradas, cerca de 1.000 periodistas acreditados, medio mundo conectado en directo por televisión -en España, sólo el canal 33, de Cataluña, retransmite la prueba-, 13 millones de euros (2.163 millones de pesetas) gastados en acondicionar el circuito, con la espectacular nueva tribuna elevándose sobre la recta de salida... Montmeló ha dejado boquiabiertos a pilotos, técnicos y al mismísimo Bernie Ecclestone, el dueño del cotarro, que no dudó en afirmar que se encontraba en 'el mejor circuito del mundo junto al de Sepang [Malaisia]'.

El caso es que Montmeló se ha preparado para albergar la mejor carrera de su historia. Por las obras realizadas, por la masiva presencia de público y por el excepcional rendimiento de los corredores. Véase un dato: 11 pilotos consiguieron ayer recorrer los 4.730 metros del circuito en un tiempo menor al empleado por Schumacher hace un año.

De la Rosa no mejora

Entre esos 11 corredores no está Pedro Martínez de la Rosa, pero eso dejó de ser noticia desde que se comprobó que el Jaguar del español está a la altura de los peores. De la Rosa, que correrá con el coche de reserva, saldrá en la 16ª posición. 'Cuando el coche va bien, cuando tú vas bien, pero te clasificas en el puesto 17, es que algo no va tan bien. ¿El qué? Que el coche es muy lento', declaró resignado.

En la nueva tribuna construida ondearon ayer banderas de Ferrari y de Colombia, en honor de Juan Pablo Montoya, como anticipo del duelo, al menos en cuanto a la grada, que se prevé para hoy. Una de las pancartas enseñadas por el público pedía 'respeto' para el corredor colombiano. Su portador, Darío de nombre, explicaba el porqué de su petición: 'Da la sensación de que Montoya es el único que lucha contra Schumacher. Hay que recordar que éste es su segundo año en el Mundial. Schumacher, cuando empezó, tardó 18 grandes premios en ganar uno. Juan Pablo ha tardado 15. Es el único que se atreve a algo'.

Montoya, pese a su pésima actuación en Imola hace 15 días, donde fue cuarto a más de 44 segundos de Schumacher, es el único piloto que se atreve a cuestionar en voz alta al tetracampeón, al que define como 'uno más de la parrilla'. El corredor de Williams se sobrepuso ayer al infortunio y alcanzó una meritoria cuarta plaza, impensable cuando al inicio del entrenamiento se le estropeó el motor de su primer coche. A los mandos del de reserva, Montoya remontó espectacularmente, por lo que hoy, en lo que resulta el guión habitual, saldrá por detrás de los dos Ferrari y de su compañero de equipo, Ralf Schumacher.

Michael, mientras, se muestra ajeno a todos los comentarios que le llegan sobre lo que dice o no dice Montoya, o acerca de la posibilidad de que no sea Barrichello quien le acompañe en Ferrari la próxima temporada -entre la lista de candidatos a ese puesto se llegó a citar a Martínez de la Rosa, lo que fue calificado por éste como una 'gilipollez'-. En la noche del viernes, Schumacher cenó con varios periodistas españoles y huyó de cualquier polémica. Prefirió hablar, por ejemplo, de fútbol, para vaticinar una final entre el Real Madrid y el Bayer Leverkusen en la Liga de Campeones. El vaticinio de lo que ocurrirá hoy, que se antoja más sencillo, prefirió no hacerlo.