'En una sociedad globalizada, la 'Internacional' es una música muy moderna'

Aun par de días del 1 de mayo, las organizaciones sindicales celebran hoy el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. La alicantina María Ponce, antigua trabajadora de Danone, es la responsable de la secretaría de salud laboral y medio ambiente de la Unión General de Trabajadores (http://www.ugt-pv.org).

Pregunta. ¿Trabajar mata?

Respuesta. No. Pero, si no se tienen las condiciones adecuadas, puede causar la muerte. Durante el pasado año, en la Comunidad Valenciana murieron 94 trabajadores en el puesto de trabajo, 1.333 tuvieron accidentes muy graves y más de 122.000 sufrieron accidentes leves. Además ha habido un incremento importante de las enfermedades profesionales. En España las cifras también se han disparado: casi un millón de accidentes con baja, un 2,8% más que el año anterior, en los cuales perdieron la vida 1.021 trabajadores, lo que supone cinco trabajadores muertos por día laborable.

P. Pero tengo entendido que más de la mitad son accidentes de tráfico durante los desplazamientos laborales.

R. Es lo que se llama in itinere, en el trayecto, bien sea antes o después de entrar al puesto de trabajo y por lo tanto tenemos que considerarlo un accidente laboral.

P. ¿En este país somos más chapuceros, o en el resto de Europa pasa lo mismo?

R. A mí no me gusta emplear ese término, pero sí que es verdad que en Europa no tienen las altas tasas de siniestralidad que tenemos aquí en España. Es algo escandaloso: el 20% de los accidentes laborales europeos se producen en España y nuestro índice de mortalidad es 8,78 por cien mil, una cifra que casi dobla la media europea que está situada en un cinco por cien mil.

P. El patrono siempre dice que la culpa es del obrero.

R. Ese es el tópico, pero el trabajador nunca es el culpable porque quienes tienen los medios son el Gobierno y los empresarios y son los responsables de que no se cumplan las leyes. El 70% de los accidentes se producen en trabajadores con contratos temporales. Con las empresas de trabajo temporal muchos jóvenes están haciendo contratos que vienen a durar unos cinco días o como máximo mes y medio. El trabajador no llega a conocer los riesgos de un puesto de trabajo tan cambiante porque no está informado. Las mujeres es otro colectivo muy afectado.

P. ¿Por qué?

R. Porque también sufren mucho la temporalidad. La economía sumergida, aunque no esté cuantificada, es otro pozo tremendo de siniestralidad.

P. También los inmigrantes.

R. Sí, con esa situación tan especial que tienen son más carne de cañón porque se les niega todo y muchas veces, hasta la propia relación laboral. Otro foco está en las subcontratas. Puede que la empresa matriz tenga unas determinadas condiciones, pero en la medida que va subcontratando trabajos, la seguridad se va deteriorando. También la externalización es una fuente de accidentes: obligan a muchos trabajadores a hacerse autónomos evitando la relación laboral directa.

P. ¿La sordera de la patronal es enfermedad o vicio?

R. Les cuesta mucho ponerse el audífono, aunque algunos, como la pequeña empresa, tienen menos posibilidades.

P. ¿El miércoles, 1 de mayo, hay algún motivo para cambiar la playa por la manifestación?

R. La manifestación es el grito que hay que dar para que todos nos puedan oír, hay que elevar la voz para decir que la vida y la dignidad de los trabajadores están en juego. Y eso merece la pena defenderlo, porque lo único que tenemos los trabajadores es nuestra vida.

P. ¿A la Internacional hay que cambiarle la música o la letra?

R. Hay cosas que no necesitan modernizarse. La historia está para recordarla y transmitirla. En estos tiempos, en que tanto se habla de globalización, la Internacional hay que mantenerla porque su mensaje sigue absolutamente vigente.

P. ¿Y el sindicalismo necesita una modernización?

R. Creo que está evolucionando más de lo que parece y por ejemplo, la incorporación de jóvenes y de mujeres en su dirección -que sería un dato indicativo- es mucho mayor que en otro tipo de organizaciones. En muchos temas, como por ejemplo, la inmigración, o el llamado mobbing (la presión psicológica sobre los empleados) nuestros planteamientos están yendo muy por delante.

P. Con la llegada del euro el gobierno ha cambiado el modo de medir la subida de los precios.

R. La realidad que percibimos los trabajadores es otra y lo estamos notando en el bolsillo.

P. ¿La reforma del desempleo que prepara el Gobierno es en previsión de que llegue la época de vacas flacas?

R. Son los globos sonda típicos de un Gobierno que sigue fielmente las políticas de derechas. Ya hemos anunciado, que si no la retiran, en junio iremos a la huelga general.