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LA VENTANA DE MILLÁS

El eco de un grito

No llegué a conocerlo, aunque dicen que compartimos la misma bolsa en el vientre de nuestra madre. Pero Hugo no nació. Nos referíamos a él como Hugo, porque ése era el nombre que habían pensado ponerle. Mi hermano mayor me dijo un día que si Hugo no nació fue porque yo lo devoré. Cosas de mi hermano, que disfruta asustándome. Y aunque hubiera sido así... Me he documentado y es cierto que a veces suceden esas cosas. No he adquirido ningún complejo de culpa, aunque a veces, en plena madrugada, me despierto aterrorizado por el eco de un grito.

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