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El Consell reabre la polémica sobre la lengua al ignorar los títulos que concede la Universidad

Sólo la vieja licenciatura en Filología Valenciana cumple el requisito lingüístico, dice Tarancón

El Consell aprobó ayer el decreto que exige el conocimiento de las dos lenguas oficiales en la Comunidad Valenciana para todos los futuros docentes. Manuel Tarancón presentó el acuerdo como una decidida apuesta por el fomento del uso del valenciano. Pero al negar validez para acreditar el conocimiento del valenciano al título de Filología Catalana, el único que otorga la Universidad desde 1993, el responsable de Educación hurgó en la herida de una polémica que parecía apaciguada desde que la Acadèmia Valenciana de la Llengua aprobó la normativa del valenciano hace unas semanas.

Los sucesivos gestos de Eduardo Zaplana para normalizar las relaciones con la Universidad quedaron en entredicho cuando su consejero de Educación enumeró los títulos que acreditan el conocimiento del valenciano para ejercer la función docente. Tarancón citó el título de maestro de valenciano; la superación del grado medio de los títulos que concede la Junta Qualificadora de Coneiximents del Valencià; la posesión de un título de bachillerato de segundo grado en línea valenciana; para los maestros que ejercen dentro del sistema educativo, la superación de las pruebas previstas en el plan de formación lingüístico técnica; y la licenciatura en Filología Valenciana.

La licenciatura en Filología Valenciana cambió de denominación en 1993 por decisión de la Universidad para convalidar esos estudios con los paralelos en las universidades catalanas o baleares. Fernando Villalonga, primer consejero de Educación de Zaplana, rechazó la homologación de tales títulos. Tarancón, ayer, incidió en una polémica aparentemente superada y explicó que los licenciados en Filología Catalana deberán someterse a las pruebas de la Junta Qualificadora para optar a plazas de docente o aportar alguna de las otras titulaciones previstas. En la práctica, todo licenciado en Filología Catalana posee alguna de esas acreditaciones, por lo que la actitud del Consell busca un efecto simbólico.

El miércoles, Tarancón sometió a la mesa sectorial de Educación un texto que admitía textualmente 'la licenciatura en Filología Valenciana o equivalentes'. Pero ayer, en rueda de prensa, insistió en negar la existencia de títulos equiparables al histórico de Filología Valenciana que, dijo, 'fue modificado por la Universidad hace relativamente poco tiempo, en época democrática, en uso de su autonomía'.

Fuentes oficiales de la Universidad de Valencia expresaron su 'perplejidad' ante las declaraciones de Tarancón pero expresaron cautelas hasta conocer el texto del decreto oficialmente aprobado por el Consell.

Cualquier licenciado que pretenda ejercer como docente debe obtener un Certificado de Capacitación que el decreto acepta como fórmula para acreditar el conocimiento del valenciano, de modo que la polémica que alimentó Tarancón parece artificial. Pero lo cierto es que el responsable de Educación insistió en negar validez a los títulos que otorga la Universidad en el presente para satisfacer las presiones internas en el seno del PP.

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Al margen de polémicas, Tarancón presentó todo un paquete de medidas educativas. El Consell acordó incorporar 32 nuevos colegios e institutos al proyecto de mapa escolar aprobado en 1996 como resultado de los movimientos demográficos registrados desde entonces. Una veintena se encuentran ya en proceso de licitación por parte de la empresa pública Ciegsa y sólo una docena son nuevos.

El Consell aprobó la convocatoria de una oferta de empleo público para dotar 1.674 plazas de docentes no universitarios, que serán los primeros que tendrán que acreditar el conocimiento del valenciano. También se acordó la incorporación de 121 nuevos ciclos de formación profesional paralelos a un acuerdo con más de seis mil empresas para que los alumnos puedan hacer prácticas. Tarancón también se comprometió a cumplir con una vieja queja de los sindicatos -apoyada anualmente desde 1997 por el Síndic de Greuges- para homologar el salario de los maestros que imparten desde hace cinco años el primer ciclo de ESO en colegios de primaria al de los profesores de Secundaria. Según el consejero, ya hay negociaciones con Hacienda para pagar la diferencia que afecta a '3.700 maestros de la Comunidad Valenciana', lo que supone, según cálculos sindicales, unos 5 millones de euros (830 millones de pesetas). En ese sentido, también anunció el compromiso del Consell de regularizar el complemento de jubilaciones, estancado desde 1991. Tarancón adelantó que la Generalitat está dispuesta a 'duplicar' el complemento de entre 1.800 y 7.200 euros (300.000 y 1.200.000 pesetas), que se paga en el territorio que gestionaba el ministerio. Esta cifra estaría, sin embargo, por debajo de la aplicada ya hace tres años en el País Vasco, Cataluña y Galicia, donde se multiplicó por 2,5 la oferta del ministerio.

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