Cuando alterar significa cohesionar
El autor señala las ventajas del intercambio de terrenos entre Coslada y Madrid a la vez que reclama la puesta en marcha de un plan de infraestructuras viarias.
Madrid gana 100 hectáreas para añadir argumentos y forma a sus proyectos deportivos
Hace apenas unos días los Ayuntamientos de Madrid y Coslada hemos concluido el procedimiento administrativo de modificación de nuestros términos municipales. Ya sólo queda el inminente dictamen favorable del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. Es, pues, el momento de manifestar que esta segregación-agregación de más de un millón de metros cuadrados entre dos municipios vecinos empezó hace más de tres lustros tomando cuerpo hace ya cuatro años, con la primera aprobación inicial por el pleno del Ayuntamiento de Coslada, el 26 de marzo de 1998. Durante estos años se ha puesto de manifiesto dos cuestiones; por una parte, la gran dificultad que entraña la tramitación de este tipo de procedimientos administrativos, mientras que por la otra se constata que cuando de alterar el territorio se trata, con lógica y sentido común, todos podemos salir beneficiados.
Y de sentido común hay que hablar al referirnos al gran esfuerzo realizado por ambas administraciones locales. Porque hay que decir sin reservas que en esta alteración de términos todos hemos salido ganando. Sin duda alguna. Así, de forma especial, gana el Ayuntamiento de Coslada (o lo que es lo mismo, nuestros ciudadanos), que optimiza y racionaliza territorialmente sus 12,2 kilómetros cuadrados de extensión -en este sentido la ciudad de más de 10.000 habitantes más pequeña de España-, y además logramos potenciar y cohesionar nuestro territorio en varios sentidos. Con la incorporación de los 871.000 metros cuadrados en la zona sur-este de Coslada podemos seguir desarrollando 4.000 nuevas unidades urbanas que, junto con las 2.600 que ya han comenzado a construirse en el barrio del Puerto, supone prácticamente la culminación y finalización del modelo residencial de nuestra ciudad.
En un futuro, relativamente próximo, Coslada con un parque de 30.000 viviendas se moverá en una horquilla poblacional entre 100.000 y 120.000 habitantes, según marquen las nuevas fluctuaciones demográficas, principalmente las que determinen los flujos migratorios, que en Coslada son especialmente importantes dada la creciente colonia de inmigrantes rumanos. Es, desde mi punto de vista, un número de ciudadanos óptimo para conseguir una ciudad equilibrada y auténticamente vivible.
Además, al agregar la superficie ya citada, ganan las más de 130 familias de los números impares de la calle de Santiago de Vicálvaro que, hasta la fecha y desde que decidieron construir sus viviendas en ese lugar, han pertenecido administrativamente al distrito madrileño de Vicálvaro, cuyas dependencias municipales distan más de cinco kilómetros de la zona. Para aumentar la complejidad de esta situación, sus vecinos de la acera de los pares pertenecen a Coslada. Independientemente de que estas 130 familias han estado, sociológica, económica y dotacionalmente integrados en Coslada, administrativamente esta peculiar situación también se regulariza con la alteración de términos.
También gana el Ayuntamiento de Madrid agregando a su territorio 100 hectáreas para añadir argumentos y forma a sus proyectos deportivos con los que encandilar al Comité Olímpico Internacional (COI) de cara a ese objetivo ambicioso y ampliamente compartido por todos los madrileños, de conseguir la organización de los Juegos Olímpicos del 2012. Para conseguir este objetivo, el suelo que Coslada cede a Madrid en los alrededores del estadio de La Peineta entre la M-40 y la Estación de Mercancías de Renfe de Vicálvaro son, estratégicamente, muy importantes.
En este aunar esfuerzos buscando conseguir dicho objetivo, hace unas semanas ya brindé al Ayuntamiento de Madrid nuestra entera colaboración, ofreciendo las posibilidades de contar con nuestras instalaciones deportivas y hoteleras, presentes y futuras, dada la proximidad geográfica de Coslada a lo que bien podría ser el futuro complejo olímpico.
Por último, pero no por ello en menor medida, gana la economía de la región de Madrid en general y la cosladeña en particular con la agregación de 168.000 y 21.000 metros cuadrados a la zona norte de Coslada. Gran parte de este suelo se incorporará de manera inmediata al Centro de Transporte de Coslada (CTC) y al Polígono de Actividades Logísticas (PAL), permitiendo que éstos crezcan, a la vez que se cubrirán las actuales demandas de suelo urbanizado de uso logístico.
Así, junto con el Puerto Seco y la construcción de la Nueva Estación Intermodal de Carga de Renfe, también en la zona norte de Coslada, nuestra ciudad será el centro neurálgico de la logística, autonómica y nacional, convirtiéndola aún más si cabe en la Puerta de Europa en el transporte de mercancías. Esta nueva realidad obliga inmediatamente a las administraciones central y autónoma a poner en marcha un plan de infraestructuras viarias que hagan permeables, desde el punto de vista de las comunicaciones, todo este tejido industrial y logístico, eje fundamental en el desarrollo económico del Corredor del Henares y del conjunto de la Región.
Como también es imprescindible que, cuanto antes, la Comunidad de Madrid se reafirme formalmente en su compromiso de potenciar el transporte público en todas sus vertientes, especialmente en la construcción de una nueva línea de metro, de momento al menos hasta Torrejón de Ardoz, que facilite la mejor comunicación con la capital y con las principales ciudades de la corona metropolitana.
Así pues, vaya desde Coslada nuestra más íntima satisfacción y nuestras felicitaciones y sentido reconocimiento a cuantas instituciones y personas han trabajado en la consecución de una alteración de términos, modélica en cuanto al respeto a los intereses de todas las administraciones intervinientes y sin parangón en la reciente historia de nuestra región.
Juan Manuel Granados Rodríguez es alcalde de Coslada.
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