Homenaje a Camarón

El 13º Festival Flamenco por Tarantos comenzó con un recuerdo a Camarón, no sé si oportuno u oportunista, al cumplirse diez años de su último concierto en esta sala. Y a un cantaor de ese calibre sólo se le puede homenajear con buen cante. El que oímos a Duquende, a quien vimos más hecho que nunca, con una madurez que nos pareció muy cuajada en el cante por derecho, el que consideramos clásico, sin sofisticaciones ajenas. Por cartageneras, por soleares, por tangos, dio una medida de excelencia indiscutible, con capacidad para el quejío y extraordinario juego melismático.

El veterano almeriense Juan Gómez se mantiene en su línea de siempre, un tanto elemental pero sugerente, haciendo cante casi primitivo por su fidelidad a los cánones añejos, para él intocables. En cambio, José Parra me decepcionó de nuevo, siempre en una tesitura de cante más de chillido que de grito, lo que puede llegar a ser desagradable.

En el baile, un joven Manuel Liñán que basa casi todo su arte en la expresión corporal rotunda, de movimientos con frecuencia excesivos, que no dejan lugar para el recogimiento y el buscarse hacia adentro que considero fundamental en todo buen bailaor. No obstante, tiene maneras y mucha técnica, lo que debe llevarle a matizar su baile con acierto.